76.(CH) una buena noticia es una buena noticia

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CEDRIC

LIX

En una ocasión, Hermione entró en la sala cuando Cedric le visitaba.

Disculpándose atropelladamente, volvió por donde vino.

Cedric frunció el ceño, su saludo quedándose atorado en su garganta y su pluma a medio camino. Aquel Harry se levantó y cruzó la habitación para cuando la puerta se cerró.

Aunque preguntó qué fue eso, no hubo respuesta y siguió escribiendo.

No ocurrió de nuevo.

LX

Definitivamente no estaba teniendo ninguna crisis.

Solo seis días para los exámenes.

Ya había tenido una pesadilla y, por primera vez, de veras que creía que era muy posible que se hiciera realidad y desaprobara.

—Aprecio tener el privilegio de que vengas —comentó aquel Harry desde el sillón que combinaba con sus pantalones azules de algodón— a estudiar.

Levantó la vista de su desprolijo pergamino.

Sabía que era descortés de su parte.

—Lo siento. No soy un gran invitado...

—Diría que no te invité, pero sí que lo hice —se rió Harry—. No me molesta el silencio o la compañía. Lo que no tolero más es verte ahí sentado como si se te hubiera bajado la presión.

Oh, lo había notado.

Pasó su mano sobre su cuello, sin saber qué decir.

Harry se acercó y se sentó frente a él.

—Puedes contarme lo que es.

Cedric señaló los múltiples pergaminos y libros que le rodeaban.

—¿No te pones nervioso antes de los exámenes?

—Han pasado como un millón de años, pero no. No mucho. Tú sí, ¿no?

—Por lo general me tengo confianza —admitió Cedric, riéndose con anticipación—. Bueno, suelo pensar que podría irme mal, lo que nunca ha pasado. Esta vez no estoy tan seguro de que solo sea mi pesimismo.

Harry asentía, entornando los ojos como si buscara entenderle.

Observó el desastre en la mesa y se inclinó hacia adelante.

—Déjame ayudarte.

LXI

Al principio creyó que la presencia de aquel Harry sería una distracción.

Lo era por momentos.

El sutil sonido de las hojas pasando, alguna pequeña risa de su parte o movimientos, y a veces Cedric se le quedaba viendo. Otras lo atrapaba mirándole.

Lo que podría tornarse incómodo, pero no lo era.

Por las altas ventanas ingresaba la luz del sol de una forma en la que le recordaba a su sala común por las tardes, con la excepción que reinaba una completa tranquilidad. Disfrutaba pasar el tiempo con sus compañeros de casa y amigos. Es que últimamente no conseguía concentrarse en sus reuniones de grupo, y no había muchas opciones de espacios privados.

Y le gustaba aquí.

LXII

Se había dado cuenta ya de la facilidad de Harry con los hechizos.

En alguna oportunidad, pescó cómo le salían impecables incluso cuando la técnica no era de manual.

Ahora este Harry realizaba los hechizos a la perfección.

El chico que amo -HEDRIC (2)Where stories live. Discover now