El chico que amo -HEDRIC (2)

19.(HC) somos un desastre

HARRY

XXIV

Había algo sospechoso en los gemelos.

Por lo general se trataba de alguno de sus proyectos. Nada personal, excepto que huían a su mirada. Así que los terminó confrontando en la sala común:

—Suéltenlo. Sea lo que sea.

Ambos lo negaron de inmediato.

—Harry, no es nada.

—Me han estado viendo raro —tuvo que señalarles—. Estoy acostumbrado a eso de otras personas, pero ¿ustedes? Díganme de qué va.

Y entonces lo admitieron:

—Es un rumor.

—¿Recuerdas que te contamos que a los Hufflepuff les gusta hacer apuestas?

Harry asintió, sin entender con exactitud qué implicaba.

—Bueno, hace tiempo que hay una... —continuó Fred, hablando bajo y demorándose en cada palabra— sobre Cho y Cedric. Acerca de cuándo estarán juntos...

—Y ahora, hay rumores de que ya lo están...

—Les han visto juntos en un pasillo hace poco.

—Escuché algo de unas pulseras también, con sus iniciales grabadas.

—Evidencia que apunta a que son una pareja. Solo que lo han mantenido en secreto.

Los escuchó a los dos en completo silencio.

George puso su mano sobre su hombro.

—Lo lamento... Por eso no queríamos decírtelo...

—Además, es un rumor. Puede que no sea cierto. ¿Cuándo lo son?

Sus intentos de animarle le hicieron contener su expresión, agradeciéndoles por el aviso y fingiendo que no era la gran cosa.

Que tenía asuntos más urgentes que reacomodaban sus prioridades.

Sino, ¿por qué se sentiría triste por algo así cuando debía encontrar la manera de sobrevivir ante un dragón?

XXV

Pensándolo mejor, tampoco le sorprendía.

De alguna forma, desde el principio se dio cuenta de lo bien que se verían Cho y Cedric juntos. La pareja perfecta que harían. Dos personas inteligentes, guapas y populares que habían sido amigos por años.

Su historia tenía tanto sentido que incluso sería predecible.

La opción obvia.

Así que no podía decir que no lo vio venir porque en el fondo siempre lo supo.

Tampoco conseguía sentir ningún tipo de celos.

Cho era una chica increíble y sin duda sería buena para él.

¿Qué podía ofrecer Harry? Ni siquiera estaba seguro de si pasaría la primera prueba.

XXVI

Incluso Hagrid lo notó desdichado, porque cinco minutos después de que se sentó en su cabaña aquel día le preguntó:

—¿Ha pasado algo, Harry? ¿O es por la prueba...? Los dragones son criaturas majestuosas, pero tampoco me gustaría enfrentarme a uno. Puedo ayudarte si quieres, aunque no sepa muchas cosas de hechizos. Te recomiendo que tu estrategia, sea la que sea, no involucre acercarte a más de diez metros. Por el fuego, sabes.

Su falta de respuesta fue porque estaba meditando si contarle o no...

—No es sobre eso —admitió, a pesar de que sí era uno de sus problemas.