El chico que amo -HEDRIC (2)

86.(HC) no era yo

HARRY

CXVIII

Entre todas las cosas que hablaron para ponerse al día, mencionó cuánto Ron y los gemelos intentaron hacerle sentir mejor esas semanas, estos últimos diciéndole que existían más peces en el mar. 

Como si pudiera hallar a otra persona como Cedric. 

—¿Qué? —cuestionó Harry al notar una fugaz mueca en su expresión y cayó en que—: Supongo que no suena muy bien que esa fuese su forma de animarme.

El rostro de Cedric se relajó, con una pequeña sonrisa.

Una que no le pareció convincente.

—Están en lo cierto. Hay muchas personas que querrían estar contigo.

Harry resistió la tentación de pedir sus inchequeables fuentes.

—Tú podrías estar con quien quisieras dentro del castillo —señaló. 

—Es irónico que fueras el único que me interesara y quien más dudaba que me correspondiera.

Lo era tanto que hasta le resultaba gracioso. 

Al contrario, Cedric lucía pensativo.

—¿Qué hay en tu cabeza? —chistó, tomando un mechón de su cabello dorado.

—No es nada —contestó Cedric—. No te preocupes.

Se echó un poco hacia atrás, sin soltarle.

—Ahora necesito saber.

Cedric dejó salir una carcajada.

—Te diré solo si prometes que no harás nada al respecto. 

Tuvo que aceptar. 

CXIX

Cedric consideraba que el comportamiento de George fue a raíz de su lealtad hacia Harry y apreciaba que le hubieran dado aquel lugar como familia.

En cambio, Harry reparaba en un detalle importante.

—Yo fui quien te estaba lastimando. 

—No —podía ver cuánto difería Cedric—. Ninguno tenía la culpa.

—En cierto modo, agradezco que tus amigos no me dijeran nada.

—Bueno, creo que ellos podrían si tuvieran razones —admitió, divertido.

—George no debería haberte dicho aquello. Eres el novio perfecto. Incluso me ayudarías a prepararme para la tercera prueba aun si no estuviéramos juntos. ¿Quién hace eso? 

Pretendía sacarle una sonrisa cuanto menos, no la repentina seriedad.

—No soy perfecto —declaró Cedric, presionando sus labios en una línea—. A veces puedo ser reservado, perfeccionista e inseguro, como la vez que te vi riendo con Draco. Él… me habló hace unos días, diciendo que sí que había pasado algo entre ustedes, que yo había sido ingenuo en creerte y que había pasado la noche contigo.

Harry se quedó mudo. Ese hijo de puta mentiroso. 

Cedric colocó una mano sobre su pecho.

—Antes que digas algo, confío en ti. Completamente. 

—Haces bien, porque nada de eso es cierto. En mis pesadillas pasaría.

Acostado sobre la almohada, Cedric levantó una ceja.

—Tienes alguien que te desea y admira en secreto.

—¿Por qué querría algo como eso? —meditó— Puede que tengamos una relación privada por ahora, pero no hay nada que se sienta como un secreto entre tú y yo.