El chico que amo -HEDRIC (2)

74.(HC) la opción uno

HARRY

XLVII

Finalmente el viernes a la tarde percibió un ligero movimiento.

—No leería ese libro si fuese tú.

Lo hizo a un lado, quedándose sentado para no ahuyentarla.

—¿Por qué? —habló Harry con calma— Hola.

—No termina bien. Lo he leído —contestó la mujer en la otra punta—. Hace millones de años.

—Pero está interesante.

A esa distancia podía notar la pequeña sonrisa en el cuadro.

Removiendose en su asiento, dudó sobre si acercarse. Su línea de visión no era tan terrible, pese a que con sus lentes no alcanzaba a visualizarla a la perfección.

—Gracias por el consejo. ¿Hay alguno que me recomiendes?

—Has de ser consciente de que esto no es un club de lectura.

Disimuló su lapsus de frustración hundiéndose sobre un cojín.

Suspiró, dejando pasar su molestia y conteniendose de ser sarcástico.

—¿Dónde está Harry? —preguntó entonces, sonando más amable— ¿Qué le ha ocurrido? No he logrado averiguar mucho con los otros cuadros. Nadie les cuenta nada por chismosos, aunque eso no siempre les detiene de saberlo todo.

Le dio pena de pronto, porque le resultó evidente que:

1.Tenía una clara preferencia por aquel Harry y se preocupaba por él.

2.Había sido su culpa, algo que no tenía el coraje para confesarle.

—Un... accidente. Cedric le llevó a la enfermería para que le curaran.

—¿Se mejorará?

—Sí, hoy le han dado el alta. Unos controles más y volverás a verlo.

—Oí algo al respecto...

Odiaba haber sido el responsable de todo esto.

Haberle puesto en riesgo... En esta situación de exposición...

—Me llamo Heidi —se presentó ella—. Heidi Helena. Mucho gusto.

—Bonito nombre.

—Rima más que Harry Potter... —se rió con delicadeza— No acostumbro ser tan gruñona en realidad, pero tampoco suelo conversar con personas vivas. Están llenas de sorpresas.

Recordó cuando asistió a la fiesta de Nick Casi Decapitado y cuánto el mundo de los fantasmas no era para nada lo que esperaba.

Era menos aburrido, de una forma espeluznante.

XLVIII

Heidi le hizo un par de recomendaciones.

Harry cayó en cuenta de que se trataba de una señora, no porque hubiese tenido más de treinta años cuando falleció, sino porque había vivido en su retrato por muchísimo tiempo.

Antes de Dumbledore, incluso.

Sus textos escolares habían sido escritos antes de que sus padres nacieran, algunos databan del 1800, pero los libros que le ordenó sacar de su estante tenían números que ni siquiera comprendía.

XLIX

Prometió leer al menos su favorito.

Disponía de tiempo, así que ¿por qué no?