46.(C) por eso y por esto

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CEDRIC

XLVIII

Un par de rostros familiares de Ravenclaw y Hufflepuff se acercaron, preguntando si podían unirse. Notó el preciso momento en que se percataron de Harry sentado al final de la mesa, junto a la pared, y Cedric lo codeó con suavidad para señalarle por lo bajo la contradicción con sus palabras previas.

—¿Ves? Nada de repeler.

La sonrisa divertida de Cedric no combinaba con su expresión.

Harry asintió con una débil mueca y continuó hablando con Hermione.

No era que no hubiera notado el humor sutilmente fuera de lo común en el que se encontraba Harry. Tan difícil de describir, decaído o desanimado no lo cubrían. Se preguntaba si así se sentiría Malcolm, porque pese a que una corazonada dentro de Cedric le decía que algo andaba mal, era incapaz de descifrar con exactitud qué.

XLIX

La mesa se encontraba repleta, y varias conversaciones tomaban lugar en simultáneo entre vasos de cerveza de mantequilla. Harry solía virar en el lado introvertido, así que no era tan llamativo que se mantuviera en mayor contacto con Hermione y Viktor, a quien le hacía preguntas respecto a su historial deportivo y el tema principal era las diferencias entre Durmstrang y Hogwarts.

Cedric trataba de participar, pero Cho y el resto también le implicaban.

Willow sostenía una cámara de fotos muggle con la que apuntaba flashes a todos lados, riendo cuando la instantánea salía.

—Sería mejor si tuviera movimiento —comentaba Marietta—. La vida no es estática.

—¿Cómo podríamos hechizar el aparato? Apuesto a que debe haber una forma —consideraba Cho, y Cedric identificó aquel tono en su voz cuando una idea le atrapaba—. Sé que los artefactos muggles están hechos de forma diferente.

—Con electricidad e informática —le respondió Hermione, interrumpiendo lo que sea que Krum estuviera diciendo—. Los sustitutos de la magia que usan los muggles no funcionan en Hogwarts. Hay demasiada magia en el aire, lo que interfiere con la señal de... —agregó, enrojeciendo al notar la atención que recibía—. Leí acerca de eso.

Se veía avergonzada por mencionar aquello, pero Cho quiso saber dónde.

—Es cierto. Por ello solo la uso aquí. ¡Sonrían! —clamó Will, apuntando tan rápido en dirección a Cedric, con Harry y Cho a ambos lados que ninguno pudo permanecer quieto—. Salió movida —se quejó con decepción, y luego se rió—. No exactamente el tipo de movimiento que esperaríamos.

Cedric recordó cuánto tiempo le había tomado encontrar una manera de hechizar a su gusto el reproductor de música para aquella noche del baile de Navidad, y ni siquiera había sido un aparato muggle. Mientras contaba sobre ello, Harry le miraba con curiosidad y Cedric casi trastabilla en medio de una oración cuando sintió su mano sobre su pierna, metiéndose justo en medio de sus muslos y causándole una oleada de sensaciones cálidas.

L

—¡Digan magia! —decía Will, aun cuando era Madam Rosmerta quien sostenía la cámara para que todos entraran en la foto. Le agradecieron en conjunto y cuando Will volvió a tener el aparato en su poder, comenzó a apuntar con avisos previos— ¡Cho y Marietta! ¿Cuántos años llevan siendo mejores amigas?

Ambas chicas posaron, respondiendo que demasiados.

—Harry —le llamó Will, lo suficientemente alto como para que le oyera— y Cedric. Los dos Campeones de Hogwarts. Sin ofender, Krum —se apresuró a mencionar—. Estás del lado equivocado de la mesa y ellos dos son nuestros chicos. ¡Sonrían!

El chico que amo -HEDRIC (2)Where stories live. Discover now