El chico que amo -HEDRIC (2)

79.(CH) no importa cuánto

CEDRIC

LXXV

Desde hace unas semanas, Harry había comenzado a creerle con respecto a sus sospechas de Moody, las que albergaba desde que le dio una pista para la segunda prueba. 

Sabía cuánto Harry intentaba averiguar algo sobre el profesor…

Lo que no se habría esperado era lo que le contó apresuradamente:

—... tiene sentido la desaparición de la piel de serpiente del despacho de Snape, del que fui injustamente culpado. Hermione lo utilizó en… Con razón tomaba tanto de su cantimplora. Creí que dar clases daría sed o sería un alcohólico, he visto que…

Cedric se había quedado en la primera parte de la información.

—¿Por qué el director del Departamento de Seguridad Mágica pondría tu nombre en el Cáliz? 

Harry hizo una mueca.

—No sería el primero en Hogwarts que fue o es un mortifago.

Que mencionara a Karkaroff no le alejó de su otra duda.

—¿Y por qué para ello necesitaría convertirse en un profesor ? 

Carecía de lógica.

Sonaba como mucho más trabajo.

—Quizás quería hacer un cambio de carrera —sonrió su novio, el que siempre encontraba una broma bajo cualquier circunstancia—. Su verdadera vocación.

Y que le haría reír como tonto.

—No se le da mal, debo admitir.  

—Debería haber sido profesor en vez de trabajar en el Ministerio. 

Su padre estaría de acuerdo. Ni Crouch ni Fudge le agradaban —les respetaba porque era lo correcto de acuerdo a sus cargos jerárquicos. 

—Dejando de lado que nunca es demasiado tarde… Sabemos las intenciones detrás de tu participación en el Torneo…

—Tratar de asesinarme —asintió Harry dos veces.

—Es justo por eso que no deberías ir. 

—Cedric…

—Me preocupo por ti —murmuró, acercándose a Harry en el desolado final del pasillo a donde se habían dirigido para conversar con privacidad—. Mucho. 

A escasos centímetros de la pared, levantó la mano para acariciar la mejilla de Cedric.

—Lo sé. Estaré bien esta vez. Lo prometo.

Movió el pulgar debajo de su oreja.

Recordó sus palabras tiempo atrás. 

«Daría mi vida por salvar al mundo mágico, Cedric, pero no la tuya.»

«Esta vez» repercutía en su mente. 

La angustia le cerró la garganta y simplemente le abrazó.

HARRY

LXXXIII

Tenía que decirle a Hermione.

Ella le había ayudado a pensar quién podría ser, y al fin lo descubrió.

¿Cómo era que Harry era el último en enterarse de las cosas?

—No sabía si decírtelo —soltó ella, apenada—. Harry me lo contó. Todo. Bueno, casi. ¡Me alegra que lo sepas! Así podremos pensar qué hacer con el no Moody. Pensaba hablar con Dumbledore o comunicarnos con el Ministerio directamente.