36.(CH) el tiempo no es ninguna broma

291 48 35
                                    

CEDRIC

I

La mañana siguiente, esperó a Harry fuera del Comedor.

Se distrajo un segundo cuando sus amigos salieron, y les estaba saludando antes de que se dirigieran hacia la primera clase cuando escuchó la voz de Harry.

—Ced, te extrañé —murmuró, y presionó su mejilla contra su pecho en un abrazo de bienvenida, con su mano sobre su túnica, justo arriba de su cintura por un instante demasiado corto—. Hola de nuevo.

Quiso inclinarse y besarlo, pero Cedric tuvo que recordarse que no podía.

¿Cuál sería el punto de mantenerlo en secreto si lo ocultaría tan pobremente?

—Ven, vayamos a... —le dijo, y no tomarle de la mano fue difícil—. Tenemos un par de minutos libres.

Aun cuando no había terminado la oración, Harry le siguió sin dudarlo.

El primer piso se encontraba casi vacío, y su tan frecuentada aula estaba girando en la esquina. Mientras Cedric lanzaba los encantamientos con rapidez y precisión hacia la puerta, Harry pasó sus brazos sobre sus costillas y apoyó su rostro en su espalda, apretando con fuerza un momento antes de sujetarle con tanta suavidad que su respiración quedó atrapada en su pecho. Sin romper el toque del todo, se volteó para finalmente darle el beso que había prometido.

II

Para la hora del mediodía, Cedric podía decir que ya estaba actualizado.

Uno no pensaría que habría novedades siendo el primer día luego del receso de invierno. Además de historias de fin de año y anécdotas divertidas del mundo mágico y muggle, no esperaba encontrar tantas copias del diario e incluso de revistas en las manos de la mayoría de los estudiantes.

Ni que la mesa de Gryffindor estuviese recibiendo más atención de la usual.

HARRY

I

No solía leer el Profeta cuando se encontraba lejos de la escuela.

Tampoco pensaba hacerlo luego de las largas horas de clases, con el dolor de cabeza que apenas comenzaba a disiparse con la deliciosa comida. La cuestión era que algo estaba mal, porque Hagrid no se encontraba en el Comedor a la hora del almuerzo y voló la noticia de que la clase de Cuidados de Criaturas Mágicas estaba cancelada hasta nuevo aviso.

Preguntó por qué, pero ninguno de sus compañeros le respondió.

Quizás estaría enfermo. Pasaría más tarde a visitarlo.

—He estado recibiendo miradas extrañas hoy...

Harry se inclinó hacia Hermione sobre la mesa.

—Yo también —admitió él, llevándose otro bocado a la boca.

No lo encontraba alarmante, en realidad, sino curioso.

—Sobre eso —murmuró Ron a su lado, con sus ojos moviéndose de uno al otro—. Tiene una explicación que no creo que les vaya a gustar. ¿Han leído Corazón de Bruja estos días?

Mientras que Harry negó, sin siquiera saber qué era eso, ella respondió:

—Las revistas sensacionalistas como esa no son de mi interés.

Ron no parecía sorprendido de ello, pero sí lucía ligeramente incómodo.

Desde el viaje en tren, habían intercambiado unas pocas, respetuosas y civilizadas palabras que sin duda era un buen comienzo que no deberían presionar.

El chico que amo -HEDRIC (2)Where stories live. Discover now