9.(CH) no puedo sacarte de mi cabeza

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CEDRIC

XL

Sin ninguna duda, esa sería una noche que nunca olvidaría.

Desde el momento en que había comenzado, lo sabía.

Tanto como sospechaba que no querría que terminara, incluso cuando Harry estuvo al borde de quedarse dormido en el sofá alrededor de las dos de la madrugada. Reposaba su mejilla sobre el respaldo, con sus ojos adormilados. Una imagen que inspiraba a Cedric a seguir su ejemplo.

Harry no se veía exactamente cómodo.

Decidió despertarlo para saludarlo antes de irse y que se fuese a acostar.

—No tengo sueño.

Era gracioso que Harry intentara convencerlo de ello.

Aunque se trataba de una afirmación refutable con facilidad, para su sorpresa, se espabiló lo suficiente como para hablar otro rato y que esta vez fuese Cedric quien se apoyaba sobre el respaldo reprimiendo un bostezo.

Contra su voluntad, decidió que ya era hora y se levantó.

XLI

No podía precisar quién había abrazado primero a quién.

De pie frente a la chimenea, se fundieron el uno en el otro de una manera que no conocía posible. Ese sentimiento desconocido calaba un camino en su interior que sabía que de ahora en adelante tomaría con frecuencia. Una mezcla de paz y de tormenta al mismo tiempo, de esas que arrasan a su paso y nada vuelve a ser lo mismo.

No importaba el orden, porque después de esa conversación previa tan...

Íntima y para nada tranquilizadora, era todo lo que Cedric quería hacer.

Incapaz de alejarse, lo sujetó con fuerza y cerró sus ojos dejándose llevar por la ligereza que lo llenaba el tener las manos de Harry en su espalda, rodeándolo con su cabeza sobre el hueco de su cuello. Le pareció aceptable despedirse de esa forma: los límites de su amistad se habían expandido, como si hubiesen subido de nivel.

Aceptable por un minuto máximo.

El juego en paralelo en donde tenía su corazón en la boca y tantas emociones atrapadas era otro asunto.

Dos y dejó de contar.

Los fuertes latidos en su pecho eran todo lo que podía percibir cuando Harry se distanció unos centímetros. Con su rostro tan cerca y sus grandes ojos verdes observándolo con una intensidad que solo podía pensar que debía asemejarse a la suya propia, le escuchó murmurar su nombre:

Cedric.

Como un suspiro.

Una advertencia.

Y quizás era porque todo el verano le tuvo en su cabeza.

Porque no pudo escapar en toda la noche de aquel sentimiento burbujeante.

Porque habría jurado que Harry Potter estaba por besarle, se inclinó en un instante rompiendo la corta distancia que los separaba. Sus labios tan suaves contra los suyos, cálidos y la presión de la mano de Harry sobre la tela de su camiseta, como sosteniéndose de él...

Nunca se había sentido así en su vida.

Tembloroso, alerta y perdido a la vez.

Cada movimiento encendía una sensación que se volvía más imperiosa. Esa era la forma en que Cedric alguna vez se habría imaginado su primer beso. La necesidad que surgía con cada uno le tomó desprevenido y bien podrían haber pasado diez minutos o diez segundos cuando Harry se alejó para tomar aire.

El chico que amo -HEDRIC (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora