57.(CH) los hufflepuff aman los chismes

209 31 11
                                    

CEDRIC

CIV

El sábado salió de su habitación para asistir al desayuno y almuerzo, aunque no se sentía especialmente hambriento. Sus compañeros tenían planes, así que esta vez contaba con el espacio para estar solo.

Para removerse en su cama, bajo las sábanas, pensando...

Se despertó con el sonido de la puerta, confuso porque oía varias voces.

Tam se sentó en su cama, saludándolo y colocando su mano en su frente.

—Esto es lo que mi madre hace cuando estoy enferma —explicó ella cuando le tomó desprevenido, e hizo una mueca—. No sé si debería notar algo en particular...

—A ver, déjame a mí.

Ahora era Malcolm quien tenía su palma en su rostro.

Cedric, todavía desorientado, se levantó lo suficiente como para sentarse.

—¿Has notado una diferencia? —cuestionaba Will, asomándose a un lado del hombro de Malcolm— ¿Tiene temperatura alta? ¿Te sientes afiebrado, Ced?

—No creo que mi mano funcione como un termómetro.

Tam volvió a intentar, mientras le miraban expectante.

Se refregó los ojos y soltó:

—Estoy bien. Quizás un poco cansado...

—Trajimos té —comentó Will—. Y muffins y galletas.

—¿Puedes creer que ellas querían llevarse las cosas de la mesa principal?

—¿Y eso qué tiene? —Tam acomodaba la bandeja sobre el acolchado, al lado de Cedric— ¿Cómo es que asaltar la cocina en secreto es mejor?

—Los ojos de los elfos son benevolentes. Y estas galletas no las sirven hoy.

CV

—Sé que no puedes contarnos mucho al respecto —hablaba Will, quitándole el papel a un muffin—. Las normas y eso, pero ¿cómo vas con la segunda prueba?

—Debe ser estresante —asentía Tam, sorbiendo de su taza— Es el 24, ¿no?

Malcolm la señaló con una galleta.

—El 24 es pronto, muy pronto.

—Ya casi lo tengo resuelto —respondió, porque prefería que pensaran que era aquello lo que le tenía agotado. Intercambió una mirada con Malcolm, quien sabía demasiado para creérselo—. Lo único que les puedo decir es que no será muy divertido de ver.

Su mejor amigo arrugó el rostro, y eso que desconocía su implicancia.

—No lo veíamos porque sería divertido.

—Lo veíamos porque participas tú —coincidió Will.

—Bueno, el dragón fue en parte entretenido, no puedo mentir...

Muy a su pesar, se rió por las palabras de Tam.

CVI

Cuando se sentó el domingo temprano en la mesa de Hufflepuff, lo primero que Tam hizo fue presionar el dorso de su mano contra su mejilla y luego continuó en su extraño afán de comprobar su temperatura.

Lo cual le avergonzó.

—Quizás deberías ir a la enfermería —concluyó ella.

Si eso significaba que se quedaría tranquila, lo haría.

Incluso si sabía que no se encontraba enfermo.

—La mano de Tam no es un buen termómetro que digamos...

El chico que amo -HEDRIC (2)Where stories live. Discover now