El chico que amo -HEDRIC (2)

67.(CH) te hice un favor

CEDRIC

I

No podía respirar.

Ilógico, porque sus vías aéreas estaban libres.

El papel parecía pegado a sus manos.

¿Y si una persona lo creía...? ¿Los peores pensamientos que podría haber tenido sobre sí mismo? No era cierto, ¿no? Porque él nunca, jamás habría...

—Esto es pura basura —oyó a Malcolm— que nadie comprará.

Reparó en él cuando le arrebató el diario, apretándolo hasta convertirlo en una bola que tiró sobre restos de comida.

—Quienes te conocemos nunca caeríamos por eso...

La voz de Tam era suave y su toque sobre la mesa le calmó.

Otra bola de papel cayó sobre el plato. De Will.

—Pura basura, como dijo Mal.

Ese no era él.

No era cierto.

Algunos en la mesa de Hufflepuff hicieron lo mismo con sus copias.

II

Resultó que sí le importaba lo que pensara la gente.

Lo cual apestaba, porque no pintaba un buen panorama.

Teniendo en cuenta lo que Tam dijo, se preguntó quién le conocía en verdad.

Aunque sus amigos quisieran acompañarle a todos lados, Cedric podía estar solo. No era como si pudieran meterse en el baño con él. (Malcolm, de hecho, lo intentó cuando mencionó con el mínimo detalle que alguien le hizo un comentario desagradable mientras se lavaba las manos.)

(No reveló su identidad porque no sabía de qué sería capaz Malcolm.)

(O peor, Tam.)

(Y Will cubriría a cualquiera de los dos.)

III

Cho se acercó a mostrarle su apoyo, y eso aplacó el dolor en su pecho.

Las miradas que recibía por los pasillos le ponían nervioso, en especial caminando por su cuenta. Una mañana se cruzó con Hermione y compartieron parte del trayecto, conversando sobre lo que significaba estar en el centro del desconsiderado cotilleo.

—¿Has tenido algún avance con el proyecto Skeeter? —le preguntó Cedric.

Negó, suspirando.

—Sé que la atraparé tarde o temprano.

La seguridad en su tono le llamó la atención.

—¿Cómo lo sabes?

Por un segundo creyó que podría ofenderla.

Cedric sí que pondría su fe en ella.

—Harry no ha querido decirme pero intuyo que será así... —habló en una agradable confidencia— No ese. El otro, quiero decir.

—Debe tener cuidado con lo que revela, ¿no es así?

—Se negó a decirme el secreto de Skeeter —respondió Hermione, dejando salir una risa casi indignada y sonrió—. Está bien, porque podría alterar los eventos a gran escala. Pero le conozco bien y estoy segura de que lo conseguiré. Me lo ha confirmado sin querer.

IV

En suma, Hermione aparentaba llevar las circunstancias con mejor cara que él. Cedric se esforzaba en enfocarse en que, al final de cuentas, poco importaban aquellas personas que se dejaran guiar tan fácilmente por palabras escritas.