El chico que amo -HEDRIC (2)

16.(CH) ¿defensor o novio?

CEDRIC

VIII

Había fingido no escuchar un par de veces a algunas personas de otras casas decir que «el chico bonito Diggory no sería un buen campeón» y pese a que estaba seguro de que todavía debían haber los que pensaban así, no oyó a nadie comentar algo parecido en los días posteriores.

Estaban demasiado ocupados hablando mal sobre Harry.

Que había intentado robar el lugar de Cedric, que era un tramposo y que «necesitaba ser el centro de atención», por mencionar algunas de todas las cosas.

Ni siquiera la mayoría en Gryffindor le tenían la espalda.

Algunos incluso apoyaban a Cedric...

Por no hablar de esos prendedores que empezaron a circular, que clamaban "Apoya a Cedric Diggory: el verdadero campeón de Hogwarts" en luminosas letras rojas de un lado y "Potter Apesta" en verde del otro. Todos en Hufflepuff se encontraban contentos de que Cedric hubiese sido elegido y él comprendía que llevar uno de esos prendedores quizás para ellos parecía una buena forma de mostrarlo, y sí que estaba agradecido por los saludos, felicitaciones y la fiesta... pero no podía soportarlo.

—Por favor, no los usen —les pediría a todo aquel de su casa que viera usar la insignia. Si alguno le detenía a hablar por los pasillos, Cedric le hablaría al respecto.

O se acercaría directamente con unos cuantos.

La mayoría le escuchaba y notaban que no era...

—No es muy Hufflepuff de su parte —hablaba con Tam, indignado.

Porque a pesar de ello, eran pocos los que dejaban de usarlos.

—Quieren apoyarte —le explicaba ella, con una pequeña mueca de disgusto—. Usar algo con tu nombre, sabes, tienes fans de antes. Es como su oportunidad. Y nunca, nunca alguien de nuestra casa ha participado en algo tan grande. Así que quieren demostrarlo. Es una lástima que el otro lado... no pueda borrarse.

Ambos habían intentado modificar los prendedores con magia, pero no había caso. Ninguno de los hechizos en los que pudieron pensar funcionaba. Tampoco aquellos que Cedric buscó en la biblioteca. Quien fuese que los hubiera hecho, era bueno y habría tenido que dedicar una curiosa cantidad de tiempo y malicia en ellos...

No necesitó ver a Draco repartiendolos un día para reconocer al creador.

HARRY

XII

Era una maldita pesadilla y se quería despertar.

Detestaba sentirse como en segundo año otra vez, cuando parecía que todos le odiaban. Cuando harían comentarios despectivos frente a él, intencionalmente. Cuando nadie querría hablarle y le miraban mal... Porque nadie le creía.

Nunca lo hacían.

Casi lo consideraría un halago el que se preguntaran cómo lo había hecho, como si creyeran que de verdad podría haberlo logrado. Que si alguien podía conseguir lo imposible, tenía que ser él. Una gran fe puesta en su persona y sus habilidades: errónea, equivocadísima, pero una confianza que le sorprendía.

No era una pesadilla por ello, exactamente.

Que sí, le sentaba fatal ese ostracismo y aunque se había acostumbrado a ciertos comentarios o a la idea de que las personas no siempre tendrían la mejor opinión de él (o una correcta siquiera)... Sin importar cuánto se dijera a sí mismo que no le importaba lo que los demás pensaran... Todas las emociones que se arremolinaban en su interior también se basaban en sus recuerdos y experiencias pasadas y no sabía cómo controlarlo.