Amor Digital.

Capítulo 10

Esa noche ella y yo nos desvelamos un poco jugando Monster Hunter, mala idea ya que a la mañana siguiente, mi teléfono me despertó muy temprano.

—Hmmm... por qué suenas, tú no tienes alarma...

Al tomarlo y ver las notificaciones, enseguida se me fue el sueño.

—Rayos es hoy. Arriba linda tenemos que salir.

—Pero tengo sueño...

—Podrás dormir todo lo que quieras cuando regresemos, pero hoy te toca revisión.

— ¿Es hoy...? No quiero ir...

—Si no vamos, el que pagara las consecuencias seré yo. Vamos Rena solo serán unas dos horas, luego podremos regresar a dormir juntos.

—... Está bien. Solo lo hago por ti, sabes muy bien que no me gusta ese lugar.

—Claro, lo sé, te comprare algo delicioso cuando regresemos.

Se preguntaran que lugar es ese, y que revisión le harán, pues verán, cuando los primeros Digimon llegaron, eso fue un gran escándalo, básicamente la sociedad no sabía qué hacer, o como responder a ello, finalmente el gobierno empezó a actuar, de alguna manera, crearon un departamento especial para el estudio de ellos y sus cambios al llegar a este mundo.

Los Tamers somos los encargados de mantener el equilibrio entre los humanos y los Digimon que llegan aquí, le prohibimos completamente la intervención al ejército sobre este asunto, pero a cambio, cada cierto tiempo, debemos llevar a nuestros Digimons a revisión para tener un estudio de ellos y su desenvolvimiento en el mundo, hoy le toca a Rena.

Para poder llegar debemos tomar un taxi ya que el lugar está algo lejos, y a pie nos tomaría horas llegar.

—No estés nerviosa, es algo que a hemos hecho varias veces antes.

—No me gusta ese lugar...

—Estoy contigo, no dejare que te hagan nada.

—Gracias.

Luego de un rato, finalmente logramos llegar, al edificio es bastante grande.

—Y pensar que lo hicieron en menos de seis meses...

El primer Digimon apareció exactamente hace once meses cumplidos el día anterior, desde ese día, numerosos avistamientos se dieron en todo el mundo, y enseguida empezaron a aparecer los Digivices.

Con la aparición de los Tamers, las cosas se calmaron, ya que nosotros podíamos tratar con los Digimon violentos o malvados por decirlo así, que se colaban a este mundo.

—Bien Linda vamos, entre más rápido lo hagamos más rápido nos iremos.

—Está bien.

Entramos, y enseguida, pudimos ver a los demás Tamers, junto a sus Digimon caminar por allí, incluso estaba el chico de la Angewomon del parque.

—Buenos días, vengo a la revisión de rutina de mi compañera.

—Por supuesto por aquí.

Siguiendo a la mujer, llegamos hasta uno de los consultorios, donde nos atendió una doctora que ya era la Doctora de Rena, era quien seguía su estado y le hacia todas sus revisiones y cosas.

—Oh vaya están aquí de nuevo, que placer verlos a los dos, casi que son mis pacientes favoritos.

— ¿Casi?

—La chica que tiene un Piximon me trae chocolates.

—Eso es comprar su atención.

—Pero funciona, igual me alegra verlos.