Capítulo 43

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En cuestión de minutos, todo el cielo estaba gris oscuro, y los destellantes rayos se veían caer de varios lugares.

—Sera una tormenta eléctrica, y una muy fuerte, Vergil se aproxima. —Bromee para mí mismo al final.

Estaba sentado en el sofá mirando tranquilamente por la ventana, con tres asustadizas chicas metidas casi en mis costillas.

—Chicas si siguen así me van a perforar el pulmón, y estamos bastante lejos del hospital.

— ¡Es que suenan muy fuertes!

—De Rena me esperaba el miedo a los truenos ya que lo he visto antes, pero ¿ustedes dos también?

Recuerdos vagos de Beelzemon cuidando a Luci en las noches de tormenta llegaron a mi cabeza, y el que hacía para calmarla.

Por simple reflejo pose mi mano en su cabeza para ponerla contra mi pecho para que escuchara el latir tranquilo de mi corazón.

— ¿Mejor?

—Si... mucho mejor Arthur.

Se acurruco como una bebita en mi pecho, a Rena la pose a mi lado para abrazarla con el brazo derecho, y a Lady también, aunque me sentía algo raro por hacerlo, me sorprendió como el miedo fue mayor a su timidez porque se me aferro bastante al cuerpo.

—Solo es ruido, no es nada del otro mundo.

—Pero es muy estruendoso.

—Papá me decía que eran los dioses jugando bolos.

Luego de rogarles que me dejaran para que pudiéramos comer, enseguida terminaron se me pegaron otra vez como un imán.

— ¿Van a estar así toda la tarde?

—¡Sí!

—Haaa... tiene que haber una manera de arreglar esto...

Como una persona que le gusta estar preparado para todo, me traje varios pares de audífonos solo por si hacían falta, y creo que era el momento justo de usarlos.

—Chica necesito que me suelten, será solo un minuto.

—hmmm...

—Vamos, volveré enseguida.

De mala gana me soltaron y corrí a la habitación para buscarlos, tenía exactamente tres pares, a mí no me preocupa, me gusta ver caer los rayos y el ruido que hacen, pero con esto ella estarán más calmadas.

—Aquí tienen, así no tendrán que oírlos caer.

— ¡Gracias Arthur!

—Bien pensado Cariño.

—Se lo agradezco.

Rena empezó a jugar Zelda, Lady tomo el teléfono de Lucia para escuchar música y ver cosas en YouTube y ella tomo el mío.

— ¿Tienes canciones de esa banda?

—Claro, tengo casi toda la discografía, búscala esta por allí.

—Ok.

Mientras ellas se entretenían con eso, yo salí a ver a los animales, y asi asegurarme de que no estuvieran alterados al igual que ellas.

Las ovejas estaban juntas como siempre, por lo que las arree hasta su corral donde no se mojarían.

Con las vacas no tuve que hacer eso, ya que ellas mismas se fueron por su cuenta, son chicas listas.

Y en cuanto a los caballos, los únicos fuera eran, SombraGris y Canela, por los que los lleve a sus establos.

—Listo, las gallinas están resguardadas, y los cerdos, descansando, ya no queda nada por hacer aquí.

Amor Digital.Where stories live. Discover now