Capítulo 90

1.3K 113 39
                                    

Para el catorce y quince de febrero, planee algo especial para mi esposa y para mí. Una gran cena solo para ambos, muchas rosas, chocolates y un muy empalagoso amorío por parte de los dos.

Tessa estuvo esos dos días con sus abuelos, por lo que teníamos al casa para nosotros solos, y digamos que nos hacia un poco de falta.

Poco después de eso inicie el trabajo nuevamente, por lo que regresamos a la rutina habitual, todo estaba siguiendo su curso normal.

Por pura cortesía lleve la taza que me regalo Ange al trabajo, y la usaba para beber mi café, eso la alegro, y fue la causa de mucha risa de los chicos, pero no me quejo.

El mundo se adaptó a lo que estaba pasando, y mejorándose a sí mismo para tratar con el tema de los niños Digimon-Tamer, todos lo asimilaron y solamente se acostumbraron a ello, las escuelas y demás institutos para ellos estaban creándose y la tolerancia hacia ellos aumento bastante, ya que a pesar de todo, siguen siendo niños, ellos son inocentes de lo que paso.

Para el mes siguiente empecé a ayudar a Lady con su pastelería, conseguimos el local, y lo que necesitábamos para hacerla, y para finales de abril esta se estaba inaugurando.

Como todo inicio no fue fácil, pero el que persevera gana, y al poco tiempo, esa tienda se volvió el punto de reunión de muchas personas para sus citas, paseos, descansos y demás cosas. La mayoría de su público eran chicas jóvenes y estudiantes que querían algo delicioso para comer, seguido de hombres buscando como endulzar a sus esposas, y demás.

La tienda llegó a tal punto que Lady tuvo que contratar más ayudantes y expandir el local para poder darse abasto de toda la clientela que tenían. Ella sola se estaba haciendo una pequeña fortuna, y como su socio estaba muy feliz por ella.

Lucia y Eli la ayudaban, aunque Elizabeth solo podía medio tiempo ya que aún era menor pero ya faltaba poco para que eso se acabara, lo cual me preocupaba, pero sin tener el 100% de escaneo de algún Digimon, igual no podía llegar muy lejos.

Por su trabajo, ambas llegaban algo cansadas a casa, Lucia principalmente, ya que Lady tiene energía de sobra, su tienda abre a al ocho Am y cierra a las tres Pm, lo que las deja en casa casi el mismo tiempo que yo llego.

Rena tuvo que hacerse cargo de Tessa debido a ello, pero como Madre e hija que son, se complementan la una a la otra. Tessa siempre está cerca de su Madre y le gusta ver lo que hace, además de que Rena le enseña que debe y que no debe hacer, y la guía en el uso adecuado de sus habilidades y cómo usarlas sin lastimarse ella misma.

En estos meses ya Tessa aprendió a hablar bien, y en mis rato libres la ayude un poco enseñándole como pude a leer y demás, entendió mucho más rápido de lo que creí, antes de que me diera cuenta, se había leído todo el libro que le di, y ya estaba leyendo uno de la estantería, mi hija era una prodigio carajo.

Desde hace unos días me percaté de que Lucia estaba actuando raro, no sé qué pueda tener, y Lady decía que no sabía nada por lo que no puedo ni imaginarme que pasaba. Será que por fin se consiguió un novio, si es así, debo ir puliendo mis cañones y el Blaster.

Casualmente una tarde estábamos los dos en casa, Rena y Tessa habían salido a comprar juntas, y Lady estaba haciendo una rápida revisión de su inventario en la tienda, yo estaba en el sofá gozando con Kenan y Kel y Lucia estaba a mi lado, pero en todo ese rato no se había reído, creo que ni siquiera le estaba prestando atención a la tele.

—Arthur...

— ¿Si?

— ¿Puedo contarte algo?

—Claro.

Amor Digital.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora