Amor Digital.

Capítulo 91

Nicole me llamo más tarde ese día para ver si mi cadera se había salvado, eso me hizo reír bastante, porque sé que su preocupación era real.

Según me contó, Lucia estaría un tiempo así, tal vez una semana o dos en lo que sus cuerpo termina de asimilarlo. En ese tiempo, Lucia no puede salir, por obvias razones, aunque parece que su atención se centraba en mi solamente, la Doc. dijo que de repente es por el afecto natural de ella hacia mí, o por sus instintos de buscar un macho con genética poderosa y un claro ejemplo de eso era yo.

Ese descubrimiento tendría mucho estudio, para las Digimon humanas en crecimiento. Si a Lucia le paso, a ellas también podrías pasarles, por lo que es algo que debía investigarse a fondo.

No podía estar a menos de diez metros de Lucia. Solo por precaución cargaba mi Digivice en la mano, y el de ella está guardado bajo llave, mientras ella este jugando en el cuarto de recreación yo debo estar en la sala o en mi habitación, y viceversa.

— ¿Papi por qué ya no le hablas a la Tía Lucia?

—Veras mi niña. Tu Tía Lucia está enferma. Esa enfermedad podría hacerme mucho daño si yo me acerco a ella. Por lo que debo esperar a que se cure para poder estar con ella nuevamente.

—Pero Tía Lucia se ve muy triste.

Desde lo ocurrido, la cara de Lucia tiene un semblante algo sombrío y decaído. Lady nos dice que a veces se ha quedado despierta por las noches mirando a la nada, eso en serio que me preocupa.

—Papi tú eres muy fuerte, esa enfermedad no te hará nada, por favor habla con ella.

No le podía decir que no a mi hija. Es imposible, pero es tan inocente que eso lo hacía un problema.

—Haa... está bien chiquita, lo haré, solo por ti ¿bien?

— ¡Sí!

—Vamos a decir a tu Mamá.

Estaba creciendo muy rápido, eso no es malo, pero a veces creía que no pasaba el suficiente tiempo con ella, tenía que trabajar en ello.

Regresamos a dentro, donde su hermosa Madre estaba en la cocina preparando el almuerzo mientras tarareaba una canción.

— ¿Qué haces Linda?

—Pollo.

—Que rico.

—Mami, Papi va a ir con la Tía Lucia.

— ¿Eh?

—Antes que nada fue idea de ella.

—La Tía Lucia está muy triste, Papi debe ir con ella, ella siempre es feliz cuando mi Papi esta con ella.

—Ay mi niña, tú Papá no puede acercarse a ella.

— ¿Por favor...?

—Ay no esos ojos, está bien, ¡está bien!

Ni su Madre puede con los ojos de borrego de nuestra hija.

—Pero Cariño, debes tener mucho cuidado.

—Lo sé, ¿dónde está?

—Mirando televisión en el cuarto de juegos, ¿tienes tu Digivice?

—No creo que haga falta. En todo caso solo le haría daño en esa forma al sujetarla o algo, con mi fuerza actual tengo.

—Ten cuidado Arthur por favor.

—Tranquila, todo está fríamente calculado.

—Cualquier cosa, grita y estaré allá en un dos por tres.