Capítulo 44

2.4K 204 43
                                    

¿Por qué ahora?, ¿por qué justo ahora? tenía que pasar esto, no podía ser otro día, no tenía que ser ahora.

— ¿Linda no puedes aguantar hasta mañana?

Aunque le diga eso, Rena nunca ha tenido paciencia para esperar, y menos en estas situaciones, Ella no es capaz de controlar su propia calentura, cuando Rena esta Horny esta Horny, nada más ocupa su mente en ese momento.

—No...

—Haa...

No podemos hacerlo aquí con Lady y Luci durmiendo, si se despiertan y nos ven, la que se arma es buena y realmente quiero evitar eso a toda costa, porque sería incómodo para todos luego.

—Rena aquí no podemos, y lo sabes. —Calme al hablarle suavemente. —Ve al baño con el mayor silencio que puedas. Sé que esta oscuro y los truenos te asustan, pero no podemos hacerlo aquí con ellas al lado.

Por más excitada que ella esté, sabe que no estamos precisamente a solas y que no se puede volver loca así.

—Ok... pero no tardes mucho...

Ay su cara de lujuria y miedo se ve tan adorable y tierna.

Se levantó con calma, aunque sus temblores no la dejaban para caminar en silencio hacia la oscuridad de afuera, su plateado cabello es hipnótico, y me impresiona lo largo que es, le llega a las pantorrillas y parecen dos colas de zorro amarradas.

— (Ok Arthur tienes que salir de estas dos prisiones para ir a hacer sentir bien a tu chica, si se puede.) Luci...

—...

—Luci.

—Hmmm...

—Tengo que ir al baño, necesito que me sueltes por un rato.

—Hmmm... pero estás calentito... —Quejo al frotar su cara contra mi pecho.

—No será mucho rato, volveré enseguida.

—Está bien... pero no te tardes...

La deslice un poco a la izquierda para que quedara junto a Lady.

—Ok, aquí vamos.

Tomando lo que necesito de nuestro cajón mientras en mi mente sonaba la tonada de Misión Imposible. Agarre el velón para poder iluminar el camino y el baño, seguido de salir de la habitación en el mayor silencio posible, sin ser consiente en ese momento, que no solo Rena y yo estábamos despiertos.

Ilumine con el velón el pasillo hasta llegar al baño, y al entrar me topé con los brillantes ojos de Rena en la oscuridad lo que casi me hace soltar el velón de la impresión.

— ¡Santa Madre Teresa! ¡Rena casi me matas del susto demonios!

—Lo siento... ¡pero ya no puedo aguantar más!

Apenas si me dio tiempo de poner el velón sobre una repisa antes de lanzárseme encima y así besarme con mucha lujuria, y ella en definitiva está en sus límites.

—No puedo soportarlo, te necesito Arthur, ¡te necesito ahora!

— ¿Pero por qué estás tan ansiosa?

—Me acorde de la primera vez que lo hicimos... ese día que estaba lloviendo al igual que ahora, y no había energía, el cómo me hiciste sentir tuya por primera vez, simplemente no pude resistir, y antes de darme cuenta mi cuerpo estaba caliente y estaba toda húmeda por ti...

Ahora todo tiene sentido, al recordar eso, ella misma se calentó al punto de no retorno.

—Bien, entonces deja que yo te baje esa calentura, es mi deber como tu novio después de todo.

Amor Digital.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora