Capítulo 58

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Sentí que todo el tiempo a mí alrededor se detuvo, mi respiración se paralizo y mi corazón latía tan fuerte que podía escucharlo claramente.

Rena estaba allí mirándome fijamente con una expresión que no podía ser definida.

—...

—Eh... Linda te toca decir algo...

La mire por unos momento para notar que se iba de lado, en cuanto reaccione a eso, la atrape, la sinvergüenza se había desmayado en un momento tan importante como ese.

—En serio te desmayaste, el que se iba a desmayar soy yo sabes.

Tuve que sostenerla unos minutos y echarle aire a la cara para que reaccionara.

—Rena despierta.

—Hmm... ¿qué paso...?

—Te desmayaste, ¿estás bien?

—Sí, creo que sí, porqué me desmaye... recuerdo que me dijiste algo y luego tú...

Lo recordó, sus ojos se abrieron como platos y los posó sobre mi otra vez.

—Aun espero respuesta.

Puse el estuche a su vista para que viera el anillo nuevamente.

— ¡Arthur sí, claro que sí, mil veces sí! —Respondió al momento de abrazarme con muchísima fuerza. — ¡Acepto casarme contigo, nada me haría más feliz que eso!

—Que feliz me haces, pero aflójate un poco... me paraste la circulación...

— ¡Lo siento, lo siento!

Me soltó para ponerme de pie al igual que yo.

—Dame tu mano.

Su cara se coloro mucho al momento de hacerlo, al tomarla sentía como temblaba, y con cuidado le coloque el anillo para que ella lo viera.

—Es hermoso...

—Gracias, quería que fuera especial para ti, por eso la piedra principal es un zafiro, ya que me recuerda a tus hermosos ojos.

—Arthur...

La vi acercare a mí para darme un gran beso antes de abrazarme con fuerza al igual que yo a ella.

—Te amo mucho Arthur, tanto que me duele, no tienes idea de lo feliz que me haces con solo estar conmigo.

—Esas son mis palabras, cada momento contigo para mi es irremplazable Rena. Pero no te quiero ver llorar. Ahora eres la señora y patrona de Arthur Fullbuster.

—Rena de Fullbuster, me encanta como suena, me fascina mucho el como suena.

—Y crees que a mí no, pero porque mejor no nos vamos a casa a celebrar como se debe, ya aquí me está dando frío.

—Perfecto.

Con un enorme peso liberado, me sentía increíblemente feliz, esa noche recibí miles de mensajes de los chicos de como salió todo, pero no les iba a decir hasta a la mañana siguiente cuando llegaron por simple "casualidad" a la casa.

— ¿Y cómo estuvo su noche? —Pregunto King.

—Fue buena. Rena quedo muy feliz, pero vengan chicos quiero mostrarles algo en la cocina rápidamente, chicas ya regresamos.

Los tome del cuello para dejar la sala.

— ¿No nos vas a decir o qué?

—Solo espérenlo, tres... dos... uno...

¡KYYAAAAHHHH!

— ¡Y allí esta, ya Rena les contó.

—Entonces, ¿dijo que si?

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