Capítulo 57

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Desde que le comente eso a los muchachos, digamos que no han estado muy desacuerdos conmigo en ese asunto.

—Arthur, Bro, hemos sido testigo de lo mucho que ambos de verdad se quieren, pero ¿no crees que es un tanto apresurado ya casarte?

—Es verdad, Arthur acabas de cumplir veintiún años de edad, aún hay muchas cosas que deberías hacer antes de siquiera pensar en casarte ¿no crees?

—Chicos, entiendo su punto, mejor que nadie entiendo a que se refieren, le echado cabeza al asunto durante varias noches, pero créanme cuando les digo que estoy seguro de esto. Si es verdad, hay muchas cosas que podría hacer antes de casarme, pero que me impide hacerlas después, porque en esas cosas, en la mayoría Rena estaría conmigo, por lo que podríamos hacer eso estando o no casados.

—Haaa... cuando se te mete una cosa en la cabeza no hay fuerza que te haga cambiar de parecer.

—Así ha sido siempre el mentecato este, aún recuerdo la noche que lo arreste, tenías una cara Arthur que por un momento creí que habías cometido homicidio.

—No inventes.

—No lo hago, incluso en la centra buscaron en la base de datos para ver si no estabas en alguna lista de la CIA o el FBI porque joder, esa cara de malo malote era intensa.

—Eran días oscuros.

—Sí, lo sabemos, pero bueno, has cambiado bastante de allá aquí, y Rena ayudo con eso. Aun cuando no se llevaban del todo bien.

—Sí, es verdad, esa pelusa, sí que te cambio, para bien.

—Eso no lo voy a negar a estas alturas, fue un golpe de suerte que siempre agradeceré.

Siguiendo los días, finalmente llego el catorce de febrero, o para los cursis, el día de san Valentín. Para ese día a horas de la mañana me encontraba al borde de un ataque de pánico.

—Ay joder no puedo creer que ya es el día, ni siquiera sé cómo se lo diré, ¡Dios ayúdame!

— ¡Querrías calmarte un poquito! —Quejo Lio.

— ¡No puedo!

—Escúchame, la reservación esta lista. Ya planificaste todo hasta medianoche y las chicas la tienen distraída para que no note nada raro de más en ti hoy, ¿por qué estás tan nervioso?

— ¿Y si dice que no?

Mis mejores amigos me vieron con caras muy serias al decir eso.

—Estas escuchándote Arthur, de verdad estas escuchando lo que estás diciendo.

—Arthur esa Digimon te ama más a ti que a su propia vida, Rena se desvive por ti, deja ya la estúpida paranoia y concéntrate.

—Claro, paranoia, ustedes también estarían así si hoy fueran a proponérseles a sus chicas.

Hoy o bueno mañana le pediré a Rena que se case conmigo, por qué mañana, bueno eso es porque el quince de febrero fue el día en que Renamon llego a mi vida para cambiarla enormemente.

Por lo que después de pensarlo, considero que es el momento de hacerlo, el problema es bueno que estoy súper acojonado, mis Padres ya lo saben y Rous y Estarlas son mis chip expiatorios para asegurarme de tener a Rena distante de toda posible pista hoy, y con su día en el spa para la noche de todos, creo que es la cuartada perfecta.

—Solo relajara, a ver, enséñame el anillo.

—Aquí esta.

Tuve que mandar a fabricarlo en una joyería especial, ya que no quería comprar dos anillos. Mande a hacer ese que se amolda al tamaño del dedo de Rena sin lastimarla, así podrá cambiar entre sus formas sin tener que cambiar de anillo ni sufrir daño alguno.

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