Liam miró la ventana sin decidirse, necesitaba verla, pero ¿Verla le haría bien a ella o la perjudicaría más?. No sabía bien cómo describir esa necesidad de sentirla, de saber si estaba bien o no. Hace días que no la veía y ya estaba volviéndolo loco.
Se coló por la puerta trasera de la casa, Gabriela le había dado la llave que le había robado a José. Su única aliada en su cruzada de recuperar a Leia le animó a seguir luchando por ella. A pesar de que todo parecía perdido.
Al día siguiente se verían en la escuela y tenía una minúscula esperanza de que todo se solucionaría pronto.
Subió por las escaleras, Gabriela se encargaría de entretener a Jose por teléfono y que este se quede en su habitación. Había tomado una pócima para tapar su olor e intentaba hacer el menor ruido posible.
Llegó a la puerta de la habitación, su corazón estaba agitado y Liam sintió miedo, pero aún así tocó la puerta.
—Pasa —escucho la voz de Leia.
Liam tomó valor.
Abrió la puerta y entró lentamente.
Leia estaba en su escritorio escribiendo en su ordenador, ajena a quien había entrado. Liam se aclaró la garganta. Sujetando firme el ramo de rosas.
—¿Qué quieres Jose?
Liam se sorprendió por la frialdad, solía ponerse celoso por lo dulce que era con Jose. Se acercó a ella con sigilo. Sintió un nudo en el estómago por lo delgada y pálida que se veía Leia. No parecía haber mejorado en su salud y Liam se preocupó.
—Hola.
Leia dejó de teclear y se quedó totalmente inmovil. Liam esperó un minuto hasta que Leia alzó su mirada.
Sus miradas chocaron y Liam tuvo que resistir con fuerzas sus ganas de abrazarla.
—Hola mi amor —volvió a saludarla.
—Li...Liam —Leia parecía tan asustada como él—. ¿Que...que haces acá?
—Yo...es que, yo te extrañaba mucho y ya no pude... —Liam había olvidado todo lo que había ensayado para decirle—. Te traje rosas.
—Liam no deberías estar aquí —Leia lo miro suplicante—. Por favor vete, nos meteremos en problemas.
—Necesitaba verte —Liam se aproximó más a ella—. No podía esta un día mas sin hablarte, me esta matando todo esto.
—Liam...
Leia intentó pararse pero al hacerlo se sintió mareada y casi se cae. Liam soltó las rosas y la sostuvo rápidamente. La llevó a su cama e hizo que se sentara ahí.
—Ya estoy mejor —Leia intentó alejar a Liam—. Por favor vete.
—¿Qué paso?, ¿Estas bien?, ¿Llamó a un médico o deseas que te lleve al hospital? —pregunto preocupado y ansioso.
—Debe ser porque no he comido casi nada hoy —se explicó Leia—. Estuve muy ocupada poniéndome al día con las tareas.
—Leia tienes que...
—Lo que tenga que hacer yo no es de tu incumbencia Liam —dijo leia bruscamente sin querer, miro a Liam y después suspiro—. Liam, te lo imploro, retírate...
—Leia necesitamos...
—Yo necesito descansar, estoy demasiado agotada para discutir contigo.
Liam sujetó el rostro de Leia aunque esta intentó evitar que lo hiciera.
—Te amo Leia —Liam hablo con voz firme—. Te amo demasiado para dejarte ir, voy a hacer lo imposible para que me perdones, yo...
