—¿Por qué te has demorado tanto? —preguntó Murat al recién llegado Auguste.
—Tenía cosas que hacer en la residencia de mi familia —se explicó Auguste con cara de pocos amigos.
—¿Por qué a ti si te dejaron en tu mansión? —se quejó Isaac—, los demás estuvimos aquí recibiendo gritos de todos los mayores.
—Fue horrible —dijo Dorniar—, y eso que no está mi papá, pero de igual manera me gritaron como si yo fuera su hijo.
—Aun no puedo creer que nosotros estuvimos en las gradas mientras ustedes estaban en la planta baja del publico especial —siguió diciendo Chad.
Todos seguían quejándose y repasando todo lo que había pasado el día anterior. Auguste le prestó atención cuando empezaron a relatarle a Dorniar y a Chad como se vivió el juicio del Leroy desde sus posiciones. Auguste estaba tan perdido en ese momento que no recordaba nada y ahora tenía que enterarse por otros.
Empezaba a odiar lo mucho que le afectaba su lobo por momentos.
Se callaron inmediatamente cuando ingresó Bastian solo a la sala donde estaban los futuros jóvenes alfas.
—Hola chicos —saludo algo serio.
Natsuki, como era evidente, fue el primero en saludarlo en un gran abrazo.
—¿Cómo está tu mate? —pregunto Deniska.
—Esta mejor, gracias por preguntar —le sonrió tímidamente Bastian sentándose junto a Natsuki—, aún sigue afectado por saber que pronto su padre morirá, así que lo deje en casa. Mi tío Oliver extendió la invitación, asegurándome que podía venir. No obstante, pensé que tal vez algunos alfas se sentirían incómodos con su presencia. Kerim estuvo de acuerdo con la decisión.
—Es mi cumpleaños, puedes traer a quien quieras —Bael ingreso a la habitación—, si alguien no le gusta, se puede largar.
—Además que hubiera sido tenso y dramático —asintió Deniska—, hubiera estado divertido.
—No se ustedes, pero yo ya sobrepasé mi límite de drama por lo que resta del año —se quejó Murat—, que año para tan movido, guerras, juicios, bombas en la escuela...
—Y lo que nos espera —habló Isaac—, con todo eso del consenso de otras especies, nuestros padres nos van a tener trabajando como locos.
—Al menos sus padres estarán contentos de enseñarles —señalo Deniska—, el mío no me quiere hablar, está furioso.
La puerta se abrió estrepitosamente y una Gabriela muy arreglada ingreso a la sala con un vestido verde satinado oscuro, con unas flores bordadas de color dorado. Tan glamurosa como solo ella sabía serlo.
Seguida de ella, entraron Estefan y Joon.
—Cualquiera que te ve, no se imagina que acabas de amanecerte en tremenda borrachera —hablo Chad babeando por Gabriela.
—Lo se querido, lo sé —dijo Gabriela contoneándose por la habitación—, una tiene una reputación que cuidar.
—La verdad es que no quiere asustarnos con su cara sin maquillaje —bromeó Bael.
Gabriela le lanzó algo inmediatamente.
—Necesito que me den información de lo que pasó anoche —sonrió Bastian—, ¿Es cierto que terminaste en el techo Murat?
