CAPÍTULO 24 .- tercer fragmento

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—No entiendo nada de nada —dijo Luke mirando a su hijo—. No sé si están saludándome o me están lanzando una maldición egipcia.

Bastian puso los ojos en blanco.

—Te dije que el traductor debía venir en nuestro mismo auto papá —le contestó Bastian sonriendo a las personas que los estaban recibiendo—, pero nunca me haces caso.

—Ese auto ya se sentía un horno solo con nosotros dos atrás —replicó Luke también saludando y sonriendo falsamente—. Voy a mandar a que le corten la cabeza si no llega ahora mismo.

El auto donde se encontraba el traductor llegó y el traductor prácticamente salió disparado para llegar a ellos.

Bastian empezó a agitar sus ropas sin dejar de sonreír, en la ciudad del Cairo, Capital de Egipto hacía un calor terrible. Su padre había organizado una visita al alfa Hamadi por una semana antes de internarse en el corazón del continente africano, en busca de las tribus exiliadas que Jaime le había mandado a investigar.

El traductor empezó a hablar rápidamente con el que parecía el encargado de guiarlos por la entrada de la manada hasta la mansión del alfa.

—Debemos seguir a pie señor —dijo el traductor, que vio temeroso a Luke cuando este lo fulmino con la mirada—. El alfa quiso que usted se deslumbrara con la vista de la manada.

—Dile que no pienso caminar ni un paso más con este calor del demonio —replicó Luke al traductor—. Dile a ese tarado que subiré a mi auto y que me guie hasta la maldita puerta de Hamadi o si no lo matare y le llevaré su cabeza a su alfa.

El traductor miró a Bastian buscando una señal de que Luke estaba bromeando, pero al ver que no lo hacía, se volteo asintiendo.

Bastian miró a su papá con el ceño fruncido.

—Estás siendo muy maleducado hoy —le dijo negando con la cabeza.

Luke bufo.

—¿Quieres caminar por más de una hora en este calor infernal? —replicó Luke.

—No, pero eso no significa que tortures al pobre hombre —le respondió Bastian—. Solo está haciendo su trabajo.

Luke solo gruñó y volvió a subir al auto. Bastian lo siguió y le dijo al traductor que los siguiera.

—Dile al chofer que nos lleve a la misma puerta del alfa —le dijo Luke al traductor, estaba a punto de perder toda su paciencia—. Necesito aire acondicionado urgente.

Bastian rogó que la mansión del alfa tenga aire acondicionado o sabrán que terrible que era su padre con su mal humor al máximo.

Después de media hora en auto y Bastian saludando a las personas por la ventanilla, llegaron a una imponente mansión color rojiza, en la entrada los esperaban muchos trabajadores haciendo reverencia cuando bajaron del auto. La mansión estaba al final de un empinado pero hermoso camino de piedras. Al terminar de subir los esperaban una pareja con una joven.

Bastian quedó algo impresionado al ver el rostro de la chica, una hermosa piel oscura aterciopelada resaltaba con los enormes y afilados ojos color verde jade.

—¡Bienvenido Luke, amigo! —Hamadi abrió los brazos—. ¡Es un gusto verte después de tanto tiempo!

Hamadi le dio un abrazo a Luke, antes de que este pudiera decirle que no quería hacerlo. Mientras que Bastian seguía admirando lo poco que podía ver de las facciones de aquella muchacha, porque un largo pañuelo color celeste ocultaba todo su cabello y la mayoría de su rostro.

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