—Haber si estoy entendiendo —Concetta se estiró cuando Natsuki después de algunas preguntas de más, confirmó que Concetta era quien decía ser—. ¿Has nadado y esperado detrás de una roca hasta que los barcos llegaran?
—Llegué a la playa media hora antes de que los barcos llegaran —explicó Natsuki—, me escabullí de Gabriela y los demás, me metí al mar y nadé hasta estar lo suficientemente profundo y donde creí que los barcos estarían. Me he estado sumergiendo y solo saliendo a respirar por breves segundos para que no me detectaran y espere hasta que la batalla comenzara.
—¿No piensas desatarme a mí también? —preguntó Leroy.
—¿Cómo no sabemos que te cambiaras al otro bando como la primera vez y nos fastidiaras? —pregunto Concetta—. No sé si eres confiable.
—Ya te dije que no tiene sentido estar del lado que quiere matar a mi hijo —respondió Leroy—. Yo solo quiero salvarlo, Kerim es por todo lo que hice esto.
—¿Kerim? —Natsuki frunció el ceño—. ¿Es usted su padre? ¿El que es el mayor aliado de la madre de Jessy?
—¿Conoces a mi hijo? —preguntó Leroy emocionado—. ¿Sabes como esta? ¿Si lo tienen encarcelado por ser mi hijo?
—¿Encarcelado? —Natsuki alzó una ceja—, el... ¿dice usted que ya no está del lado de Elizabeth?
Natsuki no pensaba darle la ubicación del mate de Bastian al enemigo, por muy enojado que estuviese con su mejor amigo.
—¿No viste que estaba a punto de matarme? —Leroy señaló con la vista el cuerpo sin vida en el suelo—. Cuando me enteré de que mi hijo se confesó y se entregó ante el Rey, intenté detener a Elizabeth, pero fue en vano. Me encarceló y ahora que ya no necesita nada de mí, mandó a eliminarme como si nada.
—¿Qué carajos tenías en la cabeza para aliarte con esa loca en primer lugar? —pregunto Concetta enojada—. Se que Edmond era tu mejor amigo, lo poco que recuerdo es que eran inseparables. ¿Pero ir en contra de la corona solo porque a la mate de tu mejor amigo se le ocurrió?, debiste entregarla a penas te enteraste quién era, sabes bien lo que hizo, la gente que mato y el daño que causó por sus ambiciones, no te entiendo Leroy.
—Solo quería poder, poder para proteger a mi hijo —Leroy trago saliva—, sabes bien el conflicto que causó su nacimiento, no pude hacer nada ni proteger a su madre o protegerlo a él porque personas como el alfa francés o el alfa turco decidieron todo por nosotros, como si su madre y yo no tuviéramos voto en esto. Ella está atrapada en una manada que la desprecia por amarme, con un mate que la maltrata por haber estado con un hombre antes que lo encontrara. He tenido que agachar la cabeza para mantener a mi hijo a salvo, atrapado con una mate que también me odia y maltrata a mi hijo. Estaba cansado de todo eso y cuando Edmond me explicó quién era su mate, las historias falsas de que ella no era la villana que pintaban y que quería cambiar el orden de las cosas, me cegué —Leroy miro a Concetta—, creí en sus engaños porque quería creer en un mundo donde yo pudiera rechazar a mi mate sin crear una guerra de manadas y sin el temor de que vinieran por la cabeza de Kerim o maltrataran más a su madre. Decidí hacerme de la vista gorda cuando noté lo que realmente era Elizabeth.
