CAPÍTULO 35.- segundo fragmento

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De todas maneras, habría esperado un sermón extendido sobre la importancia de tratar con honor y respeto a las mujeres y en especial si es la mate de uno mismo.

Sin embargo, no creía de quien lo recibía.

—Ya te dije que eso de secuestrar mates cualquiera lo hace, pero golpear a una mujer es algo que jamás podría aceptar —decía Alan—. Al menos que esa mujer fuera una enemiga que intentara matar...

Bael se contenía de poner los ojos en blanco. Había intentado pedirle disculpas de rodillas a Jessy y esta se enojó por eso.

¿Quién podía entender a esa mujer?

Tenía que aceptar que mantuvo una relación extraña con Jessy a base de odio mutuo y constantes enfrentamientos entre los dos. Como la vez que junto a Estefan puso alacranes en su mochila y que la picaron a ella y casi toda su clase, incluyendo a Liam, o la vez que puso pegamento a la tasa de su baño y su favorita era cuando puso tinte en su shampoo, llegó a la escuela con el cabello y partes de su piel verde fosforescente.

Aunque ella no se había quedado atrás, poniendo alcohol en su botella de agua, haciendo que Bael tuviera que ir de emergencia terminando con un lavado gástrico. Robándole la ropa y lanzándole una cubeta de pintura roja mientras se duchaba, provocando que tuviera que salir desnudo y pintado de las duchas de la escuela. La que más le hacía rabiar, aunque era la más tonta, fue cuando puso cantidades enormes de brillantina en todo su auto, algo que fue casi imposible de limpiar, Bael parecía un árbol de navidad a donde fuera y casi se le revienta las venas del cerebro cuando entro a su habitación y también encontró brillantina hasta en su baño.

Tuvo que mandar a quitar todo de su habitación y cambio de auto.

¿Qué tipo de pareja serían?

Recién se dio cuenta que Jessy no era el tipo que siempre le habían gustado. Podía ver el patrón anterior; dulces, amables y dóciles. Recordó a Jessy golpeando con un mazo su casillero led porque había repartido por toda la escuela copias de una foto de su rostro pegada al cuerpo de una modelo de ropa interior algo reveladora.

Después había intentado arremeter con ese mazo contra él totalmente desquiciada.

Definitivamente Jessy no era ni dulce ni dócil. O la Jessy que él conocía no lo era en lo absoluto.

Probablemente se matarían entre ellos.

Ahora que veía todo desde una perspectiva diferente, se dio cuenta que la conexión siempre estuvo ahí. Sintió algo extraño desde que la conoció, ella le hacía despertar algo en él; siempre sintió la necesidad de molestarla, hacer que ella piense en él siempre, hacerla rabiar sin límites. Le molestaba que fuera cercana a Leia, a Bastián o Natsuki, en realidad le molestaba que sonriera o se divirtiera con cualquiera. Él se dijo que era porque le caía tan mal que no quería verla cerca de sus amigos, ahora tal vez podría ver sus celos escondidos en su interior y la posesión que sentía por sus sonrisas.

Como la vez que un chico se acercó a ella a la hora del almuerzo, sentándose a su lado y llevándole su rebanada de pastel que daban ese día en el comedor. Bael tuvo el impulso enorme de lanzarle a Jessy su propio pastel, lo que hizo muy gustoso. Jessy dejo de prestar atención al idiota ese y empezó a gritarle insultos a Bael.

Siempre fue la conexión de mates focalizada de mala manera. Bael se sintió estúpido por darse cuenta hasta ahora.

Si, definitivamente nos mataremos entre nosotros, pensó Bael algo divertido.

—¿Estás prestando atención? —preguntó Alan mosqueado.

—Si, papá —asintió Bael con cara de estar muy arrepentido

HEIRS OF THE RISING KINGDOMWhere stories live. Discover now