CAPÍTULO 24.- primer fragmento

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Odette debatió consigo misma si debía irse o quedarse a ayudar a Taylor. Al final decidió ir por ayuda, porque ella no lo sería contra todos esos monstruos.

Desplegó sus alas y tomó vuelo impulsándose para tomar rapidez y llegar al palacio lo más rápido posible. Cuando ya estaba a una altura sobre los árboles, una fuerza jaló de sus piernas. Miró que pasaba y un hilo de una magia verde la tenía sujeta.

Taylor maldijo mientras apuñalaba a un monstruo en su lomo en tanto que otro intentaba atacarla. Un hechicero de lo que ella suponía era magia oscura había capturado a Odette en el aire, su magia tenía ese tono verde que ella había visto antes.

Se recordó meses atrás cuando ella recorría el bosque mágico de su hogar y se encontró varios lobos sin manada y un hechicero atacando a una Dríada. Aquel hechicero tenía un aspecto parecido al que estaba capturando a Odette.

Solo que era obvio que este tenía mayor poder.

Taylor se lanzó al suelo después de lanzarle el puñal a uno de los ojos del monstruo que intentaba atacarla. Corrió hacia su arco y cuando lo tomó, empezó a lanzarle flechas al hechicero.

Este soltó un aullido cuando una de las flechas le impactó mientras Taylor se acercaba. Dejó de intentar jalonear a Odette y se fijó en ella. Con un brazo estirado lanzó un hechizo a Taylor, para su mala suerte ella lo esquivó con rapidez.

Lanzó varios mientras ella lo esquivaba con agilidad, aunque no se fijó que el último monstruo sobreviviente arremetió contra ella y Taylor salió impactada sobre el aire. Retomo el control de su cuerpo y en el aire arremetió con todas las flechas que pudo en la cara del monstruo. Les dio a otros dos de sus ojos mientras caía sobre su cabeza sacando su látigo y envolviéndolo en su cuello.

El calor mágico del látigo empezó a carcomer la carne del cuello del monstruo, en tanto que Taylor apoyaba un pie en la cabeza de la bestia y lo sostenía con un solo brazo mientras que con el otro le lanzaba otra daga al hechicero, este la impulsó a otro lado con magia y volvió a concentrarse con Odette.

Una corriente dolorosa recorrió aquel cordón mágico con el cual Odette había luchado para que la suelte. La semi ángel chillo de dolor mientras caía retorciéndose. Un golpe en seco atemorizó a Taylor, la cual usó toda su fuerza para de una vez por todas cortarle el cuello al ser asqueroso con el que luchaba.

—¡Odette! —grito aterrada Taylor cuando vio que el sonido del golpe había sido Odette cayendo al suelo—. ¡Maldito desgraciado suéltala!

Taylor corrió hacia el hechicero, blandiendo su látigo en el aire en espirales lista para atraparlo, pero el hechicero gritó haciendo invocar cinco monstruos más.

Taylor se detuvo cuando ante sus ojos de unas sombras oscuras que habían aparecido en un círculo alrededor de ella empezaban a materializarse en nuevos monstruos con formas humanoides. Seguían teniendo tentáculos saliendo de orificios de su cabeza y aun tenían cuatro ojos, pero se paraban en dos patas y la amenazaban con unas garras espantosas.

Ella logró empujar a uno para escapar del encierro, pero estas bestias rugieron y empezaron a seguirla. Taylor corrió, sin embargo, una de las bestias logró alcanzarla derribándola y posicionándose sobre ella. Taylor pateó y luchó con todo lo que pudo. La bestia empezaba a perforar sus brazos haciéndola gritar de dolor.

Pensó que todo estaba perdido cuando escucho a los otros monstruos rugir, sintió como el cuerpo del que la tenía prisionera la soltaba y empezaba a elevarse por una fuerza invisible. Taylor presenció cómo aquel monstruo luchó en los aires por última vez antes de que un rayo impactara contra él haciéndolo pedazos.

HEIRS OF THE RISING KINGDOMWhere stories live. Discover now