CAPÍTULO 36.- tercer fragmento

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—¡Liam!

Dylan activo su magia restableciendo su vista al acto. Noto que varias cosas en la sala estaban volcadas. Llego a su sobrino, este estaba temblando aun sujetando al paciente que hace unos instantes se retorcía, ahora estaba desmayado en los brazos del príncipe.

—¡¿Estas bien?! —Dylan ayudo a Liam a poner al enfermo sobre una camilla, ya que Liam parecía en trance—. ¡¿Qué carajos paso?!

Dylan se quedó sorprendido al ver los ojos dorados de Liam.

—Tus poderes... —Dylan sujeto el rostro de Liam—. ¿Cómo activaste tus poderes?

Liam pestañeo.

—¿Poderes?

Dylan palmeo su rostro para hacerlo despertar de su trance.

—¡Liam reacciona!

—Yo... —el príncipe se safo de las manos de su tío y miro al hombre en la camilla—. Creo que lo cure.

Dylan miro al hombre esta vez con mas detenimiento. Se acerco a este y poso sus manos intentando encontrar el veneno del vampiro.

No sintió rastro del daño y tampoco vio la pierna casi muerta que vio minutos atrás antes del acto. Llamo a los doctores y enfermeros que intentaban ayudar a algunos enfermos que se vieron afectados por la luz cegadora y la onda de poder.

—Revísenlo con detenimiento y envíenme inmediatamente los resultados...

—¡Puedo ver! —grito un hombre en bata levantándose de una camilla algo lejos de ellos—. ¡Puedo ver!

Dylan se tambaleo y después miro a su sobrino.

—Revisen a todos y después me envían los resultados —dijo Dylan con un hilo de voz.

Sujeto a Liam, que aun parecía mareado y lo llevo a rastras. Los guardias los esperaban en la entrada y los llevaron al palacio.

—Me dolía.

Dylan lo miro en el auto.

—¿Te duele algo? —se alarmo Dylan.

—Ahora no —negó Liam—. Siempre... cuando alguien sufría siempre me afectaba, mi papá me dijo que era muy empático, que eso era bueno porque me haría un buen Rey, pero hoy ese dolor fue real, podía sentir en mi propia carne el dolor de aquel hombre. Sentía el dolor... sentía el dolor en mi corazón, sentía que debía hacer algo por él, que era mi deber hacer algo por el... después no recuerdo muy bien que paso, toque al hombre y todo brillo.

Dylan apretó su mano para reconfortarlo.

—Oh dulce niño —dijo Dylan, no le decía así desde que Liam era un pequeño que iba a pedirle consuelo y curación cuando se lastimaba por sus travesuras—. Todo estará bien, ya no te preocupes, estoy aquí para ayudarte.







***







Kerim miraba el techo sumergiéndose en el aburrimiento infinito. Intentaba ver televisión sin éxito. Una semana entera encerrado en esa mansión, sin poder comunicarse con nadie. Tenia guardias en las puertas que evitaban que se escapara y comida abundante en la cocina.

HEIRS OF THE RISING KINGDOMWhere stories live. Discover now