CAPÍTULO 27 .- tercer fragmento

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Bastian intentó no reírse de la gorra con maya que tenía su padre puesta para que los mosquitos no se lo comieran vivo.

Él no podía negar que nunca había estado en un lugar con tantos mosquitos, pero valía la pena por la vista que les brindaba ese lugar.

Estaban en una camioneta todo terreno a toda velocidad, recorriendo la sabana africana. Una parte de él quería ya tener su transformación para poder liberar a su lobo y correr libremente.

Algún día volvería para hacerlo.

Varias camionetas iguales a la que ellos manejaban los seguían, con hombres armados en caso de cualquier interrupción de algún animal salvaje.

Bastian contempló las cebras, elefantes, jirafas y toda clase de animales que solo había podido contemplar desde fotos y videos. Ahora eran tan reales que lo sobrepasaba.

Un majestuoso león junto a su grupo de leonas los observaban a lo lejos y Bastian dio un grito de emoción.

—¿Cuánto falta?

Preguntó Luke a su traductor, este habló con aquellos hombres feroces y armados hasta sus dientes que los conducían por esas tierras salvajes y les respondieron algunos les quedaban varias horas de camino.

Luke gruñó levemente pero no dijo nada más. Bastian sabía que su padre estaba algo intimidado por aquellos sujetos que no se atrevía a hacer irrespetuoso como solía serlo con los demás.

La sensación de calor empezó a disminuir cuando Bastian divisó a lo lejos personas con vestimentas diferentes esperándolos al lado de lo que parecía un riachuelo.

Se detuvieron y algunos de sus hombres hablaron con los extraños, Bastian no podía dejar de observar sus singulares vestimentas. Eran como las fotos de tribus que había visto en clases.

Volvieron sus hombres y hablaron con el traductor.

—Alfa Luke —empezó a decir el traductor con todo el respeto que pudo—, me temo que debemos seguir la expedición a pie desde ahora.

Luke frunció el ceño, pero hablo tranquilamente.

—¿Qué?

—No está permitido que autos ingresen a la tribu, distinguido alfa —dijo el traductor temeroso, sin tener el valor de ver a los ojos de Luke—. No nos dejarán ingresar si no es a pie, ellos consideran a sus tierras sagradas y creen que las ruedas de estos autos podrían dañarlas.

Luke inhalo y exhalo aire.

—Recuerda que eres representante del Rey —dijo Bastian, divertido por la situación—. Debes mostrar el respeto que el tío Oliver mostraría a sus costumbres.

—Al tarado de Oliver le encantaría todo esto —dijo Luke asintiendo con la cabeza de mala gana al traductor—. Recuérdame, hijo mío, cobrar bien caro este favor en el futuro.

Los dos bajaron lentamente, Bastian estaba feliz de estirar las piernas, pero su padre no dejaba de gruñir. Preguntaron si podían transformarse para así llegar más rápido. Sin embargo, los pertenecientes a la tribu que iban a visitar dijeron que no, porque lo tomarían como un ataque.

Bastian no se sorprendió que Luke ya empezará a exteriorizar su mal humor.

Cruzaron el riachuelo con cuidado y siguieron caminando por la sabana salvaje. Bastián no dejaba de hacer preguntas y de hablar como loro. Luke empezaba a irritarse hasta con su adorado hijo. Casi nunca perdía la paciencia con él, pero estaba a nada de pedirle nada amablemente que se callara.

HEIRS OF THE RISING KINGDOMWhere stories live. Discover now