CAPÍTULO 53.- tercer fragmento

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—Vamos Cassiel —habló aquella mujer que arrullaba a una pequeña bebé en sus brazos—, para ser una pequeña angelita, eres algo alborotadora.


Odette miro todo esto desde el arco de la puerta, con él tiempo había identificado que esos no eran sueños sino recuerdos suprimidos dentro de su inconsciente.


—Era hermosa —escucho una voz suave a su lado—, es una pena lo que pasó.


Odette se sobresaltó, a su lado se encontraba una mujer totalmente cubierta de blanco, con una capa que le cubría la mitad del rostro.


—Al fin puedo mostrarme ante ti Cassiel.


—¿Quién eres? —Odette retrocedió algo temerosa.


Esto era muy extraño, Odette en ese momento dormía a lado de Noel mientras su inconsciente estaba hurgando en sus antiguos recuerdos que aparecían mientras soñaba.


Pero esa mujer no parecía ser parte del recuerdo.



—Solo soy una fuerza de la naturaleza —sonrió la mujer—, una existencia mayor en todo el universo.


—No te estoy entendiendo —Odette miro el recuerdo de su madre biológica cargándola de bebé—, no eres parte de este recuerdo ¿no es cierto?


La mujer se destapó el rostro, Odette no entendía bien lo que veía. Podía distinguir su rostro y a la vez no, era como si sus ojos y su cerebro no pudieran procesar lo que observaban en ese momento. Esta mujer estaba recubierta por una luz brillante.


Ella no entendía, no sabía por qué, pero no tenía miedo. Una sensación tranquilizadora recubrió todo su cuerpo.


—¿Eres otro ángel como yo?


—No querida niña —la mujer sonrió—, yo soy la madre del todo.


Entonces Odette comprendió.


—¿Eres...eres la diosa luna? —pregunto con el corazón en la garganta.


—Lo has comprendido rápido —sonrió la diosa luna—, aunque solo me puedes decir Luna, la parte de diosa me la pusieron mis hijos licántropos, pero nunca me gustó mucho el significado.


Odette se puso de rodillas rápidamente. Podía ser solo una alucinación, podría ser solo un tonto sueño. Sin embargo, todos sus sentidos le decían que era cierto. Su alma le decía que estaba en presencia de la mismísima diosa luna.


—Oh querida —la diosa luna negó con la cabeza—, no hay necesidad de tal acto.


Sostuvo su mentón y levantó el rostro de Odette.


—Has aprendido tú sola a regresar a tu pasado —sonrió Luna—, eres fantástica.

HEIRS OF THE RISING KINGDOMWhere stories live. Discover now