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Jessy nadaba sobre las nubes del placer mientras intentaba focalizar su vista borrosa. Las cosas no habían salido exactamente como ella pensó que pasarían. Cuando se imaginó en verse con Bael, tenía en mente un encuentro más violento y a su nuevo mate enumerando las razones para no estar juntos.
Bael llegó más temprano que tarde a su encuentro y en menos de cinco minutos de conversación se habían desnudado siguiendo sus más bajos deseos carnales, culminando lo que no terminaron en su primer encuentro.
¿Así es como debía sentirse?
Después de sus desgraciadas experiencias sexuales, tuvo una idea errónea del sexo. Lo vio como algo que sólo satisfacía a la pareja masculina y que solo causaba dolor a la contra parte.
Sin embargo, Bael había cambiado ese concepto con destreza.
Jessy intentaba regresar al plano existencial mientras Bael se desplomaba a su lado jadeando bulliciosamente. Ella se encontraba boca abajo hundiendo su cara en la almohada que había mordido segundos atrás.
Los dos no dijeron nada por varios minutos mientras recomponían sus cuerpos de aquel encuentro.
—¿Estás bien? —preguntó Bael.
—Hmmm... —Jessy estaba tan cansada para hablar.
—Lo tomaré como un sí —sonrió Bael con picardía.
Acercó su cuerpo nuevamente al de ella, acariciando la espalda desnuda de Jessy. No sabía cómo, pero logró evitar morderla. Una tarea que no fue nada fácil, todo su ser le pedía a gritos tumultuosos que la hiciera suya por completo. La conexión de mates era a su pesar una fuerza que arrastraba a cuerpo y alma a depender de ella en todo los sentidos.
Y Bael había luchado contra eso sin ganar en lo absoluto.
—¿De verdad estás bien? —volvió a preguntar al sentir el lazo de mates con Jessy, agitarse —. ¿Te hice daño?, ¿Fui muy brusco?
Jessy levantó la cabeza ligeramente.
—No...solo que... —Jessy pestañeo.
No podía decirle a Bael que acababa de borrar de su piel las asquerosas manos de James.
Intentó suprimir su dolor lo más que pudo.
—¿Esto es demasiado verdad? —pregunto Bael—. Pasamos de llevarnos muy mal a estar desnudos en una cama, sé que es demasiado para ti, también lo es para mí, creo que es la razón por la cual no te dije que éramos mates. Necesitaba tiempo para asimilarlo, fui un idiota, lo siento por eso.
Jessy exhalo el aire que estaba reteniendo en esos momentos.
—Si, fuiste un idiota.
—Perdón por atacarte en el aeropuerto —volvió a disculparse Bael.
Jessy asintió, esa era una verdadera disculpa del corazón, así que pudo aceptarla.
—Ujumm... —Jessy se puso de lado para estar más cómoda—. ¿Qué hay con lo que le hiciste a Kerim?
El rostro apacible de Bael se transformó a uno más sobrio, a Jessy le hizo recordar al señor Jaime
—¿Qué pasa con él?
—¿No te disculparas por casi matarlo?
—Ese impresentable te engaño diciéndote que eras su mate, debería estar agradecido que le perdonaré la vida.
