CAPÍTULO 46.- segundo fragmento

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—¡Esta cosa es indestructible! —Estefan lanzaba todos los rayos eléctricos que podía—. ¡Todo le rebota!


—Parece que tiene una especie de cubierta mágica que lo protege —hablo Bael—, mi lanza se detiene un momento antes de chocar con él, no es que no pueda matarlo, es que algo se lo impide.


—He decidido que odio la magia —gruño Alan—. ¡Ya estoy harto de todas estas malditas artimañas!


—Debe tener un punto débil —habló Dylan que apenas había escapado de un manotazo de aquella criatura que estaba empeñada en matarlos—, nada es infalible, ni siquiera la magia oscura, debe tener un talón de Aquiles.


—Oh mierda —Gabriela señaló asustada—. ¡Parece que se quiere mover hacia la playa!


—¡Ve a decirle que retrocedan! —Alan ordenó—. ¡Esa cosa come hombres lobo!


En ese instante Elizabeth se hundió en la runa que tenía presa a su hija, esta gritaba de dolor mientras esas garras que sobresalían del suelo se hundían en su alma.


—¡El momento ha llegado! —Elizabeth se sujetó bien de su bastón para agacharse un poco y ver el rostro de Jessy—. Al fin dejare este cuerpo destruido y tomaré uno nuevo, una que yo mismo hice, por el cual tengo derecho, yo...


El sonido de disparos la distrajo, se lanzó al suelo. Alguien estaba atacándolos.


Uno de los hechiceros que estaba invocando el poder para el intercambio de cuerpos cayó al suelo muerto mientras alguien le sacaba una katana de la espalda.


—El mundo estará mejor sin él —gruño Natsuki.


Concetta empezó a disparar otra vez con la ametrallad


ora que había tomado de uno de los guardias que la acorraló, pero que después fue arrastrado por una fuerza invisible.


Habían encontrado resistencia a su intrusión en el barco, pero la misma Elizabeth limpio el paso al matar a todos sus guardias hombres lobo.


—¡Hola Elizabeth! —grito Concetta—. ¡Es bueno verte de nuevo!


Los demás hechiceros hicieron las protecciones a sí mismos mientras el hechicero jefe hizo aparecer a tres monstruos que atacaron a los tres intrusos.


Sin embargo, no llegaron a tiempo para evitar que Natsuki le lanzara una daga a Elizabeth.


Esta rugió de dolor cuando la daga se incrustó en su hombro.


El monstruo gigante en forma de lobo deforme rugió y pareció tambalearse un rato. Dylan se dio cuenta que por un momento parecía herido del brazo.


Apenas podían tocarlo, ¿Qué lo estaba hiriendo?


HEIRS OF THE RISING KINGDOMWhere stories live. Discover now