Capítulo 1.7

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@31shiner espero que te guste 

Damien

— Te noto distante – dijo Katia mientras se terminaba de vestir.

Con Katia tenía una especie de relación abierta. Al principio la había deseado, con el tiempo solo me acostumbré a su presencia y a que no molestaba para nada. Anoche me llamo para decirme que tenía información que darme sobre una revuelta que se presentó en una de las regiones de la manada, así que mande a alguno de mis lobos a averiguar.

Ella decidió venir porque quería ver a su madre, Fedora la cual era el ama de llaves de la manada.

No le dije nada y salí a ver como estaban las cosas en la manada, los patrullantes nocturnos me dieron las indicaciones de que todo estaba en orden, así que me dirigí a la mansión para descansar.

Como todas las noches pase por la habitación de la mocosa para verla dormir y comprobar que estaba segura, eso permitía que mi lobo pudiera dejarme en paz en las horas del sueño.

"No está, ¿Dónde está nuestra mate?", empezó a decir mi lobo, aunque rara vez me hablaba.

"Cálmate sombra, ella debe estar en algún lado".

"Si ella se fue porque te revolcaste como perro sarnoso con esa loba sin gracia, entonces me vengaré".

Corté la comunicación con él y empecé a buscarla, sus cosas no estaban, suficiente tenía con la angustia que me generaba, no poderla encontrar como para aguantar la ira de mi lobo, que incrementaba cada vez que revisaba todos los cuartos de las habitaciones de arriba y no la encontraba, bajé a buscarla.

— ¿Dónde está? – rugí con fuerza.

Vario de los omegas de bajo rango salieron asustados por mi rugido.

— Cálmate - me intento detener Katia, pero estaba fuera de sí, así que la esquive cuando intento acercarse a mí, ella se desestabilizó y se agarró de la baranda de la cocina.

— ¿Dónde mierdas está mi mate? – rugí más fuerte.

Los omegas palidecieron y se miraron entre sí, después uno de ellos me señalo un diminuto cuarto, cuando entre mis sentidos volvieron en sí, ella estaba hecha un bollito en la cama y se cubría con una cobija, era jodidamente tierna.

Me tranquilicé, pero mi lobo no lo hacía.

"Sácala de aquí, que hace nuestra pequeña durmiendo en este pordiosero lugar como si fuera una simple omega".

Salí fuera de la habitación al pasillo donde estaban la mayoría contemplando todo el desastre que se estaba presentado, que gritara como loco era algo que nunca habían visto, pues siempre mantenía a mi lobo en control.

— ¿Quién dio la orden? – grite a los omegas que estaban encargados del servicio, pero nadie respondió.

— Pregunté que quien putas dio la orden, tienen una deformación auditiva que no me escuchan – rugí más fuerte.

— Fue la señora Katia – respondió el mismo que me había señalado donde estaba mi pequeña.

Katia estaba parada en medio del pasillo mirándome con ojos asustados, nunca me había visto fuera de sí y eso la estaba impresionando.

— Usted no es nadie, solo la mujer que me cojo de vez en cuando, como para que vengas a dar órdenes a mi manada – le reclame con tono molesto.

— Tenemos una relación – dijo llorosa.

— No inventes estupideces, no tenemos nada, aquí cada quien coge con quien se le da la gana, por lo tanto, no vengas a intervenir en las decisiones de mi manada.

2. El alfa sombríoOnde histórias criam vida. Descubra agora