Capítulo 3.55

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La llegada de mis hermanos me lleno de mucha emoción, yo solo los abracé mientras le daba la bienvenida e indicaba que le llevaran sus maletas a sus cuartos.

— ¿Cómo has estado? – me preguntó Alex.

— Bien. Mi bebé cada día crece más – les dije con una sonrisa mientras que acariciaba mi pipita.

— ¿Feliz? – preguntó Esteb.

— Si muy feliz – le dije con una sonrisa.

— Bien, entonces a lo que vinimos – dijo Alex mientras se acercaba a Damien y le tendía la mano, mi hombre guapo la recibió mientras lo saludada con seriedad - ¿Dónde podemos hacer la reunión? – le pregunto mi hermano a Damien.

— Donde quieran – les dijo mi hombre guapo mientras se ubicaba a mi lado – tenemos el salón de eventos, salón principal, comedor campestre y salón de ceremonias.

— Bien, entonces los veremos todos y organizaremos – le dijo Alex.

— Le diré a los omegas de servicio que estén al pendiente para lo que necesiten – le dijo mi hombre guapo.

— Si con eso pueden ayudarnos a aligerar todo.

— Yo puedo ayudar – les propuse con entusiasmo.

— De ninguna manera todo es una sorpresa – me dijo Esteb.

— Pero a mí me gusta organizar eventos – les dije con un puchero.

— No me convencerás con ese puchero – dijo Alex mientras subía las escaleras – me voy antes de que me manipules.

— Yo también me voy – dijo Esteb mientras dejaba un beso en mi frente y subía las escaleras.

— Yo quiero ayudar – le dije a Damien con un puchero.

— Puedes ayudarme a mí en el trabajo – me sugirió él, pero de ninguna manera me iba a volver aguantar sus gritos.

— No quiero que me grites – le asegure.

— Seré más paciente – me dijo mientras tomaba mi mano.

— Mejor te acompaño, pero yo solo voy a leer.

— ¿Pero estarás conmigo?

— Si – le dije con una sonrisa.

— Lamento que mi poca paciencia y malgenio, generen que ya no quieras ayudarme con el trabajo – dijo con disculpa.

— Son las consecuencias de nuestras acciones – Damien solo se rio levemente —. ¿Por qué te ríes? – le pregunté con intriga.

— Creí que me dirías algo cómo tranquilo hombre guapo.

— Claro que no. Me lastimaste y me generaste una inseguridad sobre ayudarte con tu trabajo, así que no te puedo decir tranquilo hombre guapo – le dije seria.

— Mi niña hermosa, solo tú logras ser tierna y ruda al mismo tiempo – dijo mientras dejaba un beso en mi coronilla y después tomaba mi mano para que ingresáramos a la casa.

Los siguientes días mis hermanos solo estuvieron recibiendo todo lo que habían solicitado y no me dejaron ni asomarme a donde lo iban a organizar, yo me moría de la curiosidad por saber cómo quedaba todo, pero ellos eran muy tercos y obstinados, así que no habían accedido a mis caritas.

— Hombre guapo – dije mientras entraba con los ánimos bajos al estudio de Damien.

Damien solo levanto la vista de los documentos mientras dejaba de hablar y todas las demás personas que estaban reunidas con él me voltearon a mirar, eso solo me altero más porque pase de estar triste a estar supremamente avergonzada por haber interrumpido su reunión. Creí que estaría solo porque me había dicho que hoy no tendría ninguna reunión, pero parece ser que se le olvidó.

2. El alfa sombríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora