Capítulo 1.8

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Aprovechando mi tiempo libre, me inspire un poco, feliz noche.

El hombre guapo me deseaba, eso lo había dejado claro con el beso que me había dado anoche con tanta pasión. Los besos con él ocasionaban una reacción química en mi cuerpo, la principal, la que liberaba la feniletilamina de mi cerebro y hacía que segregar dopamina, produciéndome un estado de euforia y felicidad que duraba por prolongado tiempo.

Iba a aprovechar que compartíamos el mismo cuarto para intentar interactuar más con él, así que lo iba a esperar despierta. La escena que había hecho la noche anterior ocasiono que todos en la mansión me miraran con más respeto, al parecer que dijera que era su mate delante de todos significaba que me estaba aceptando.

— Supe lo de anoche, todos hablan de que el alfa estaba fuera de control y nunca lo habían visto, así – me dijo anastasia mientras íbamos hacia la mansión.

— Si jamás me lo imagine ahora estoy instalada en su cuarto, sin quererlo Katia me ayudo - soltamos la carcajada.

— La manada está dividida, unos te aceptan como mates y otros quieren a Katia, pero respetan mucho al alfa como para comentar algo.

Seguimos hablando de cosas tribales, ella era mi única amiga en la manada y nos llevábamos bastante bien, era hija del beta anterior y hermana de la beta actual.

Después de avanzar en mi investigación toda la tarde, salí a comer y después, me bañé y me puse mi pijama de pantalón lila y con una camiseta de unicornio, para evitar quedarme dormida, me puse a leer una novela en wattpad.

— ¿Sigues despierta? – dijo Damien cuando entro a la habitación.

— Sí, te estaba esperando – le dije mientras dejaba el celular a un lado y me acomodaba.

Él me ignoro y después se fue a bañar, al parecer ignorar a la gente era el estado natural de él. Salió del baño envuelto en una toalla. Tenía un cuerpo fornido y musculoso, todo en él desprendía poder y autoridad. Después se fue al armario cuando salió, venía solo con unas pantalonetas puestas, en el lado izquierdo de su pecho tenía el tatuaje del escudo del lobo que había visto en la oficina de él y estaba conectado con tribales al nombre D. Manrique.

Se acostó boca arriba en el lado izquierdo de la cama y se puso una mano en la cabeza, yo me acosté de lado para verlo y empecé a acariciarle la mano con mis dedos, se sorprendió, pero no retiro la mano.

— Y ¿cómo te fue hoy?

— Uju.

— ¿Qué hiciste?

— Uju – en fin, ignorar a las personas era su estado natural.

— Bueno, pues a mí me fue bien, trabaje en la escuela, el invernadero y mi investigación.

— ¿Cuál es tu comida favorita, pasatiempo y deporte? – volví a preguntar, pero me volvió a ignorar.

— La mi es el helado, me gusta leer y me gustaba el ballet hasta que descubrí que me gustaba más la bioquímica, pero todavía bailo de vez en cuando.

— Eso no es comida – por fin me respondió.

— Para mí lo es. Dime, ¿cuál es la tuya?

— ¿Si te respondo, me dejas dormir?

— Por hoy sí.

— Bien – sonó resignado – me gusta la carne, pasatiempo y deporte favorito es el mismo porque me gusta boxear.

— Gracias por compartir tu información – me acerqué a él y le di un beso en la comisura del labio —. Buenas noches, hombre guapo.

— Buenas noches, niña hermosa – me gusto como sonaron esas palabras en su boca, así que me quede con una sonrisita.

2. El alfa sombríoWhere stories live. Discover now