Capítulo 1.14

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Tenía puesto un vestido burda corto, con corte imperio de color lila con estampado de florecitas rosadas, me deje el pelo suelto y me realice unas trenzas para amarrarme la parte de arriba como si fuera una corona y me puse unas sandalias de color blanco.

Anastasia me estaba esperando abajo y me guio hasta la ceremonia, la cual se llevaba a cabo al pie del lago, tenía razón el reflejo de la luna con el agua hacía que todo se viera de forma hermosa, parecía un paisaje bajo la luna digno de retractar en una pintura.

— Mira, te traje esto – me dijo, pero se veía nerviosa y triste.

— Hace poco me dijiste que no recibiera nada – le dije confundida.

— Pero te lo traigo yo, mira para que no dudes, yo también voy a comer – probo un pedazo del pastel y me paso el resto, el cual probé también.

— Está muy rico, pero le siento en el fondo el sabor de una esencia – dije ante su sabor.

— Yo no le sentí nada – me dijo ella con desinterés.

Después de un rato de estar hablando con algunos de los papás de mis pequeños alumnos, empecé a sentir como mi cuerpo se calentaba y sentía un hormigueo por todo él, en especial en mis partes íntimas, me retiré del círculo de papas y fui a buscar a Anastasia.

— Anastasia, me siento excitada – le dije con preocupación.

— Yo también Leilani – dijo ella con las mejillas sonrojadas.

— Creo que lo mejor es irnos – le dije para evitar inconvenientes.

— No baila, eso ayuda a que se te pase la excitación – dijo ella de forma rápida.

Me dejé guiar hacia la hoguera que era donde la mayoría bailaba, así que empezamos a movernos de forma suave, después sentí como un par de ojos me vigilaban. Cuando seguí esa sensación, me encontré con que los ojos de Damien vigilaban cada uno de mis movimientos y estos me devoraban. Empecé a bailar para él. Mi cuerpo pedía a gritos ser tocada por él.

Cerré mis ojos y me dejé llevar por la música, cuando los volví a abrir Damien no estaba, así que lo empecé a buscar con la mirada.

— ¿Me buscas niña hermosa? – dijo a mis espaladas erizándome la piel y aumentado mi excitación.

— Para nada – empecé a menear mis caderas y me pegaba hacia él.

— Yo diría que si – dijo de forma seductora mientras puso una de sus manos en mis caderas.

— ¿Por qué tan confiado? – le dije con coquetería.

— Porque no despegabas los ojos de mí – aseguro mientras corría mi pelo hacia un lado.

— Talvez solo estaba mirando a alguien que estaba junto a ti – le dije con picardía.

— Lo dudo niña hermosa - aseguro él —. ¿Qué comiste? – preguntó extrañado.

— Un pastel – le dije sin entender su pregunta.

— De razón.

— ¿Razón de qué? – pregunté por qué no entendía nada.

— Puedo oler tu excitación – pase saliva porque se pegó más hacia mí y dejo un beso en mi cuello.

— ¿Y eso te gusta? – pregunté con miedo a su rechazo.

— Como no tienes ideas— dijo con voz ronca, me di la vuelta y nos quedamos mirándonos a los ojos.

— Vámonos de aquí – dijo con su voz sexi y ronca.

2. El alfa sombríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora