Capitulo 3.50

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Mi hermano empezó los preparativos de mi cuarto y yo estaba más que emocionada con todo, así que me la pasaba viendo ideas para adecuarlas a mi lugar. Mi hombre guapo, por otro lado, estaba siendo bastante paciente con todo.

— Me gusta como está quedando el cuarto – le dijo la odiosa de Camil a mi hermano, mientras esperábamos que nos sirvieran la cena.

— Lo mejor para mi pequeña – le aseguro mi hermano.

— Voy a pedirle permiso al Alfa para hacer algunos arreglos en mi cuarto.

— No vas a hacer ningún arreglo – le garanticé.

— ¿Por qué?

— Porque yo lo digo. Además ese no es tu cuarto, es solo una habitación que se le presta a los invitados de la manada – le asegure con molestia.

— De todas maneras, voy a hablar con el alfa – dijo la estúpida.

— Mira – le dije con rabia.

— Cálmate mi pequeña, mi sobrino no merece que te alteres por alguien que habla sin razón – me dijo Esteb y yos solo tome una profunda respiración.

La estúpida de Camil solo lo miro con indignación y después reviso su celular para distraerse mientras servían la comida. Cuando mi hombre guapo llego, ella lo saludo, pero él solo la ignoro.

— Mi niña hermosa – me dijo con una sonrisa mientras me entregaba una linda rosa de color lila.

— Gracias – le dije con una sonrisa mientras cogía mi flor.

Él se sentó mientras tomaba mi mano y me daba un beso, yo solo le sonreí mientras dejaba mi rosa al lado. La verdad mi hombre guapo se había vuelto muy detallista dándome flores en cada comida.

— ¿Por qué no han servido? – le preguntó al mesero.

— Lo estábamos esperando alfa – le respondió el muchacho nervioso.

— Y casi que no llega – dijo Eseb con molestia.

— Mi luna está embarazada, tiene una dieta estricta, con unos horarios establecidos de comida, si son tan inútiles para no hacer bien su trabajo entonces debería echarlos a todo – dijo con rabia.

— Lo siento alfa, no volverá a pasar – le dijo el muchacho nervioso.

— No se disculpe conmigo, discúlpese con ella por hacerla esperar – le dijo molesto.

— Lo siento mi luna, le garantizo que no volverá a pasar – me dijo el muchacho muerto de miedo y yo solo asentí mientras le daba una sonrisa tranquilizadora, mi hombre guapo podía ser muy intimidante cuando se enojaba.

— No fue tanto tiempo, solo fueron unos minutos – dijo Camil y Damien sola la volteo a mirar de forma ruda.

— No estoy hablando con usted – le dijo en tono tosco.

— Lo siento – dijo ella mientras se acomodaba de forma nerviosa en su silla.

— Y Camil, es mejor que vaya contemplando la posibilidad de volver con sus papás, porque su presencia en esta casa desde hace mucho se tornó molesta – le dijo él y ella solo lo miro con asombro.

— Por favor, te pido de forma amable, que me dejes permanecer más tiempo aquí, o por lo menos hasta que nazca mi hijo. Tú sabes que Boris no es mi compañero, por lo que, tanto mi bebe, como yo corremos peligros si nos apartas del territorio principal.

— Entonces ahórrese sus opiniones, que poco o nada nos interesan – le dijo Damien y ella solo asintió.

Mi hermano solo empezó a comer mientras analizaba todo con detalle. Que Camil estuviera embarazada de Boris había empeorado todo, porque ahora esa mujer se negaba a dejar la mansión argumentando que su bebe necesitaba la fuerza del territorio y del alfa.

2. El alfa sombríoWhere stories live. Discover now