Capítulo 3.53

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Damien

Extrañaba los besos de mi niña hermosa y ella también extrañaba mis besos y caricias, porque me correspondía con la misma entrega, necesidad y hambre. Termine por subirla sobre la encimera, mientras que ella solo me rodeaba con sus piernas lindas piernas para acercarse más a mí.

— Te extraño – dije sobre sus labios.

— Yo también te extraño hombre guapo – dijo mientras se pegaba más a mí.

— ¿Termina mi castigo de hielo? – le dije mientras dejaba besos por su cuello.

— Si – dijo suave.

Sonríe sobre su cuello y después terminé por subir mis manos por sus muslos levantando la seda de su pijama y dejaba sus muslos al descubierto. Cuando el elástico de sus bragas realizo presión sobre mis dedos, termine por rasgarlas mientras deslizaba mis dedos de forma suave a lo largo de sus pliegues.

— Damien – gimió ella mientras me tomaba de cuello y terminaba por presionar sus labios sobre los míos.

— ¿Cómo hiciste durante esta larga abstinencia? – le pregunté mientras introducía un dedo en su interior de forma lenta.

— Yo... — dijo suave.

— Dime – le exigí mientras incrementaba los movimientos de mi dedo.

— Me masturbaba – dijo suave mientras sus mejillas se sonrojaban.

— ¿Pensando en? - dije mientras dejaba besos en la cima de sus senos.

— Ti.

— ¿Segura? – dije mientras introducía otro dedo en su interior.

— Sí, solo en ti – aseguro mientras se sostenía más de mí.

— ¿Y qué te imaginabas? – le pregunté mientras que empezaba a dejar caricias en sus piernas, besos suaves en su cuello y bajando la tira de su pijama para que sus lindos senos quedaran al aire y a mi completa disposición.

— Damien – me dijo con súplica para que no le siguiera preguntando.

— Leilani – le dije dejando un soplo sobre su seno mientras le dejaba claro que no iba a parar.

— Que llegabas al cuarto y me encontrabas entretenida, así que decías "Te has vuelto una niña traviesa" – Leilani gimió más fuerte mientras que el movimiento de mis dedos aumentaban y después solo succionaba con mi boca uno de sus senos que me cabía entero.

— ¿Y después? – dije mientras la animaba hablar introduciendo un tercer dedo y pasando mi lengua por su piel hasta termina en su otra aureola.

— Después, te acercabas a mí y me tomaba de forma brusca, fuerte y salvaje, pero al mismo tiempo dulce, delicado y me consentías.

— Te consentía – dije sobre su piel con una sonrisa traviesa mientras mordía suavemente su pezón.

— Si – dijo mimosa.

— ¿Cómo lo estoy haciendo ahora? – pregunte con diversión mientras empezaba a succionar a gusto mi manjar.

— Si – dijo suave.

— Entonces disfruta mi niña hermosa porque ya no es una fantasía, es una realidad – dije mientras incrementaba el movimiento de mis dedos y succionaba con hambre sus pezones mientras disfrutaba de sus gemidos y movimientos, ella terminaba por liberarse en medio de mis dedos.

— Te necesito a ti – dijo mimosa mientras se pegaba más a mí.

— ¿Estás de golosa? – le dije con coquetería, mientras mejoraba mi postura y la miraba con diversión.

2. El alfa sombríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora