Capitulo 3.39

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Damien

Leilani termino por subirse a la camioneta de Santiago, mientras que mi dolor de cabeza y molestia aumentaba. Avance hacia la camioneta dispuesto a bajarla de ahí, así que abrí la puerta con fuerza y ella solo me miro seria mientras que se corría y acomodaba a Alek en sus piernas. Mi sobrino que por alguna estúpida razón la adoraba solo termino por abrazarla. Estúpido niño, él tiene a su mamá que la abrace a ella.

Termine por entrar a la camioneta mientras arrastraba a mi pequeña a mis piernas e intentaba correr al duende que la abrazaba. Pero el niño solo me miraba mal mientras que se aferraba más a ella.

— ¿No tiene su carro? – me pregunto Santiago mientras se ubicaba en el volante.

Como en cada embarazo de Rossan él la acompañaba a todos lados y se negaba a dejar su seguridad por fuera de la manada a otra persona que no fuera él. Lo entendía en el primer embarazo de Rous casi la pierde, así que desconfiaba de todo mundo.

— ¿Y bien? – volvió a preguntar, mientras que yo solo lo ignore.

— Déjalo Santi, solo avancemos – le dijo Rous mientras le tomaba la mano.

Santiago solo le beso la mano y después empezó andar de forma lenta. Mi hermano con los embarazos de Rossan era tan cansón que controlaba hasta el más mínimo detalle. Darko empezó a jugar con su Tablet mientras que Andrey solo me miraba curioso en su silla de seguridad. Alek solo se quedó quieto mientras se acostaba sobre mi niña hermosa.

— ¿Has pensado, qué color de decoración quieres? – le preguntó Leilani a Rossan.

— Dorado con bronce, me encanta – dijo ella con emoción.

— Genial, voy a mirar ideas – le respondió Leilani feliz mientras buscaba en su celular —. ¿Te gusta esta? – le preguntó mientras le mostraba la imagen.

— Está hermoso, pequeña – le contesto con ilusión —. Voy a ir haciendo el pedido, porque Santi está ocupado y sin él no me gusta salir de la casa, durante mi embarazo – le garantizo Rossan y Leilani solo asintió.

Leilani y Rossan siguieron hablando de la decoración navideña hasta que nos subimos al avión y Santiago termino por acomodar a Rossan cerca de él mientras sus tres hijos se acomodaban obedeciendo a su madre.

Me senté junto a Leilani, pero ella solo se dedicó a ver por la ventana mientras me ignoraba por completo.

— ¿Me seguirás ignorando? – le dije suavemente mientras tomaba su mano.

— Dije que hablaríamos, solo que no quiero hablar ahora – dijo sin mirarme.

— Cuando lleguemos a Moscú hablaremos – le garantice, mientras que ella solo asentía y retiraba su mano con sutileza.

Cuando llegamos, solo termine por ubicarme en mi habitación mientras esperaba a Leilani quien se encontraba con Rossan realizando todo el pedido. Me bañé y terminé por ponerme mis pantalonetas. Cuando ella llegó me encontraba leyendo un poco sobre economía global, así que seguí leyendo mientras que ella se bañaba. Cuando salió solo tomo a Pulpin y se acostó. Yo dejé el libro en la mesa y la volteé a mirar.

— Te fuiste – le reclamé

— Tenía que hacerlo, no te gusta la navidad y tenía que buscar otras alternativas – me aseguro.

— ¿Alternativas? – pregunté sin entender.

— Mi familia viene así que vamos a organizar todo en la casa de Indira.

— ¿Creí que este año sería en nuestro hogar? – Leilani solo torció los ojos mientras me daba la espalda.

— No quiero incomodar a mi familia con su agria actitud, donde recalque en cada oportunidad que la mansión es suya – dijo dolida y yo solo me pegue a su espalda.

2. El alfa sombríoWhere stories live. Discover now