Capítulo 1.9

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Damien había tenido que salir rumbo a Moscú, que era donde se encontraba la sede principal del bufé Manrique, así que habíamos tenido que viajar desde Yakutsk hasta allá.

— Te extrañe – abrace a mi hermana apenas la vi.

— Yo también.

Después de abrazarnos y saludar Rossan, nos instaló en el cuarto. Primero dejo a mi hermana y después a mí.

— ¿Cómo te va con Damien?

— Es complicado.

— Damien es un buen chico, pero la muerte de su madre le afecto bastante, tenía solo 10 años cuando eso pasó y su padre alcohólico no ayudo para nada, por eso es que los 3 hermanos mayores son tan fríos, porque son los que recuerdan el suceso.

— ¿Qué le paso a su mamá?

— Cuando llegue su tiempo, él te lo dirá.

— Pero cuando – dije con tristeza.

— No pierdas la esperanza, sé que es difícil, pero nadie es más capaz que tú.

— ¿Preparadas para salir? – dijo mi hermana entrando a la habitación.

— ¿Salir? – no entendía a donde quería ir

— Pequeña, estamos en Moscú, tenemos que salir, ir de compras, comer algo delicioso, tomarnos foto.

— La ropa suena genial porque con esta escasez de ropita ya la tengo superdesgastada.

— ¿El miserable no te ha llevado de compras? – me preguntó en tono acusador.

— No he salido de la manada.

— Entonces porque carajos cuando todos te llaman dices que estás bien.

— Porque estoy bien, tengo dormida y comida asegurada y agradezco Tyler por el computador.

— Miserable asqueroso, no puedo creer que sigas con la poca ropa que trajimos para el fin de semana.

— Hay gente que vive con menos ropa.

— Es gente común, no una poderosa hechicera como tú.

— Deja de pelear y vamos de compra.

Rossan nos llevó a los mejores centros comerciales de Moscú, por suerte papá había hecho llegar las tarjetas de crédito que me permitió comprar a mi antojo. Nos tomamos fotos como turistas y almorzamos en Dolkabar comida italiana y después volvimos a la casa.

— Esta noche salimos según Google a Club Nocturno Gogol, así que ponte regia.

— Está bien.

Me puse un vestido sencillo con vuelo de color verde militar con estampado de flores y unos botines de color café con un bléiser del mismo color. Mi hermana se puso un vestido blanco muy pegado hasta las rodillas, con un bléiser color menta y unos tacones.

Rossan no quiso salir porque quería esperar a Santiago y estar con sus hijos. Así que salimos juntas en compañía de los lobos que cuidaban a mi hermana, los cuales no se le despegaban para nada. Me alegraba que Tyler fuera lindo con ella y la tratara como se merecia. Indira podía hacer los cambios que quería y mandar sin cesar en la manada de él, mientras que yo, por el contrario, tenía que solicitar permisos y hacer las cosas por mi cuenta sin contar con los integrantes de la manada.

— ¿Siempre te acompañan? – le pregunté a mi hermana.

— Sí, y me extraña... Bueno, en realidad no me extraña que el miserable, no te tenga lobos que te cuiden, teniendo en cuenta que eres su luna y tiene que protegerte.

2. El alfa sombríoWhere stories live. Discover now