2. El alfa sombrío

Capítulo 3.33

Camil

Mi mamá siempre conseguía alterarme, justo como ahora que a pesar de los kilómetros de distancia por su llamada lograba estresarme.

— No, entiendo por qué es tan difícil conseguirlo, me dijiste que te invito a la cena – dijo con exasperación. Mientras que yo solo tome una profunda respiración para volverle a decir lo ocurrido.

— Él no me invito, fue Marcial – dije cansada ante lo extenuante que era contarle todo a mi mamá.

— ¿Pero por qué?, eres linda, inteligente y toda una belleza – dijo desconcertada.

— Está enamorado de Leilani mamá, en serio Damien tiene muchos comportamientos únicos con ella. Tal vez no tenga oportunidad.

— Bobadas. Yo crie a una triunfadora que consigue todo lo que quiere – dijo con rotundidad —. Y lo que queremos en este momento es al Alfa, es el único, escúchame bien, el único que puede suplir las deudas y gastos nuestros – me aclaro como por décima vez en la llamada.

— Lose mamá, pero te juro que no consigo su atención. Pero esa niña llega y él se convierte en toda una gelatina ante sus toques.

— Bien lo dijiste cariño, ella es una niña y tarde o temprano él se dará cuta de eso y buscará a una mujer como tú, que lo complazca en todos los aspectos.

— No creas mamá, Leilani es muy linda – dije lo que pensaba, porque ella era todo un encanto, tenía un cuerpo muy lindo y una carita tierna acompañada de unos impactantes ojos verdes.

— A mí no me parece – dijo con pesadez.

— Te dejo mamá, Nadia me está llamando y es algo importante – dije mientras le colgaba.

Nadia terminó por enviarme los datos administrativos y terminé de cuadrar todos los detalles de la auditoría interna que habíamos realizado, donde sugerimos el despido de más de un empleado desleal.

Cuando iba saliendo de la mansión rumbo a la nueva construcción, pude ver como Pasha Jr seguía a la Leilani para después decirle algo. Ese hombre era un peligro y tenía muchos problemas.

— ¿Celosa porque mi atención está en otra parte? – pregunto cuando me vio.

— Para nada – le dije tajante.

— Tengo suficiente amor para las dos – dijo mientras tomaba mi rostro con sus manos y yo solo lo esquive.

— Dudo que sepas que es la palabra amor – le dije en tono mordaz.

— Deja los celos, la luna me interesa, pero solo por el momento, en cambio, tú siempre me has interesado – dijo mientras me evaluaba con su acosadora mira.

— Porque más bien no la dejas en paz – le dije con rotundidad.

— No quiero – dijo con diversión – que el alfa la quiera solo mejorar su precio.

— Eres asqueroso – le dije con reproche.

— No te enojes, mi interés por ella es solo conseguir algo, cuando lo haga la dejaré de lado – garantizo con diversión.

— Si quieres morir bien por ti, porque es lo único que conseguirás si lastimas a la luna – dije mientras avanzaba y lo dejaba atrás.

Leilani era mi competencia directa y mi mayor enemiga. Pero no por eso quería que viviera el mismo infierno que una vez atravesé con el depravado de Pasha. Ese hombre era un lobo despreciable y que su papá fuera un político reconocido, lo había salvado muchas veces.

Los siguientes días seguí ocupada en mi trabajo, hasta que las risas de Leilani en compañía de los dos hermanos de Damien me sacaron de mi trabajo. Ellos sí que eran muy amigos y mantenían muy juntos desde que se encontraran en el mismo lugar.