2. El alfa sombrío

Capítulo 2.1

Desperté de la oscuridad que me había acompañado, no sé por cuanto tiempo. Mi habitación se encontraba en silencio, haciéndome pensar que solo me había despertado de un sueño, pero una molestia en mi brazo que me asusto alertando mis sentidos, así que me quite la aguja que estaba conectada a una bolsa de suero. Mis padres me observaban junto con mis dos hermanos mayores.

— Quédate quieta, pequeña, te lastimarás – mi papá se acercó a detenerme.

— Papá, ¿qué me paso? – me toqué la cabeza para encontrar lógica a mi estado y encontré una venda que cubría un golpe —. Lo último que recuerdo es que estaba en la ceremonia del bebé de Rossan.

— Te caíste pequeña y te golpeaste en la cabeza en el bosque cuando intestaste alcanzar una planta para tu investigación, pero de esa ceremonia ya ha pasado 5 meses – respondió con duda.

— Entonces porque no recuero esos meses de mi vida. Pasé de estar en enero a junio en fracción de segundos – dije preocupada.

— Todo estará bien amor. Solo fue un golpe sin importancia, con el tiempo recordarás poco a poco – me tranquilizo mi mamá y me dio un abrazo.

— Gracias por despertar, te quiero no vuelvas a darme estos sustos – Esteban me envolvió en sus brazos.

— Solo fue un golpe – le sonreí a mi hermano recibiendo con gusto su cálido abrazo, no sé por qué sentía que no lo había abrazado en años.

— Quítate no la atosigues – demando Alexander quien quito a Esteban de un golpe para abrazarme.

— Mira, quien habla de atosigar – contesto molesto Estaban. Alex me abrazo y dejo un beso en mi frente para darle paso a Indira.

— Mi pequeña que susto nos diste – me abrazo Indira.

Después de retirarme el suero y la venda, el médico me chequeo y dijo que todo se encontraba en orden, que algunos golpes en la cabeza ocasionaban perdida de la memoria, la cual podía recuperar o no.

El 28 de junio, 3 días después de despertarme de mi golpe. Celebre mi cumpleaños con un pequeño almuerzo familiar, mis padres se negaban a algo más grande antes de que mi recuperación fuera cien por ciento segura, aunque yo me encontraba en perfecto estado.

— ¿De verdad tienes que irte? – abrace a mi hermana.

— Sí, ya te expliqué lo de los mates y lobos. Tyler es mi mate y tengo que estar con él para evitar que nos debilitemos mutuamente.

Durante la ceremonia del bebé de Rossan. Mi hermana conoció a un hombre lobo, el cual la identifico como su mate. Al principio no entendía nada de eso, pero cuando ella me explico todo, entendí que la conexión que tenía con Tyler que casualmente era el hermano de Santiago, era una conexión única.

Solo vino por lo de mi accidente y se quedó conmigo los 3 días siguientes esperando mi cumpleaños. Hoy tenía que devolverse a Ekaterimburgo que era donde vivía Tyler, por lo que nos encontrábamos abrazadas en la entrada de la casa, despidiéndonos.

— Buenos días, familia - saludo un hombre que se bajó de una camioneta.

Lo detallé, era alto, con un cuerpo tonificado y musculoso, se veía bastante fuerte, tenía su cabello de color negro que se encontraba ligeramente largo con algunos mechones que le caían en la frente, una mirada azul penetrante, era un color de ojos único como azul rey con toques grisáceos. Él captó la atención de todos, así que mi hermana y yo nos separamos.

— Es hora de irnos preciosa – el recién llegado saludo a mi hermana con un corto beso en los labios.

— Hola cuñada, buenos días, ¿cómo estás? – me saludo como si me conociera de toda la vida.