Capítulo 2.20

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Hola, feliz inicio de semana que tengo un lindo día. 

*****

No había vuelto a saber nada de Jared y me sentía un poco mal por él, pero bueno, ese remordimiento solo fue a medias. Él quería que lo esperara mientras seguía con su vida de descontrol, así que no tenía por qué sentirme mal, no éramos novio, ni habíamos tenido una relación. Sin contar que después de que dejo Rusia no me volvió a enviar ningún mensaje o llamada.

En fin, lo único que sabía de él era que estaba bien y que se veía muy animado con sus múltiples conquistas que conseguía en cada concierto. Indira si se quejaba de que era todo un descarado.

— No hay cinismo ya con esta gente – dijo Indira con desagrado mientras miraba la última noticia donde salía Jared en una discoteca con una modelo en una pose muy comprometedora.

— No teníamos nada, Indira – le dije para que dejara el tema de lado.

— Pero estaba mostrando interés en ti – dijo con molestia.

— No me afecta, porque estoy enamora de Damien – le dije con emoción.

— Por suerte tú no te ilusionaste con ese tipo, porque, sino que me iba a escuchar – dijo indignada —. Lo peor era que yo dizque ayudándole al patán, ese – dijo con desagrado, yo solo me reí por sus caras.

Mi hermana había llegado hace dos días, la notaba tensa, pero no decía él porque, pero me preocupaba.

— ¿Qué pasa? – le pregunté después de que duro un rato en silencio y pensativa.

— Estoy inconforme con Tyler, por eso necesitaba respirar – dijo con un deje de voz.

— ¿Inconforme con qué? – no entendía como Tyler la podía tenerla inconforme, él siempre había sido un sol.

— Una vieja asquerosa ahí, que me fastidia los días – dijo con rabia.

— ¿Por qué no la enfrentas? – le pregunte por qué Indira no es de las que se aguantan las cosas.

— Ya lo hice, pero quiero golpearla.

— Pues entonces hazlo, si así te sientes mejor.

— No quiero parecer odiosa e insoportable – mi hermana era odiosa e insoportable y nunca le había importado, no entendía por qué ahora sí.

— ¿Y huiste?, tú, que eres más terca y obstinada que cualquiera, que te encanta el poder que te da ser luna de esa manada. Suena como una cobarde y mi hermana no es una cobarde – le dije con acusación en mi voz.

— Al principio creí que no, pero, tú lo haces ver así – se rio de forma incómoda.

— Solo estoy siendo objetiva.

— Necesito volver y poner a Tyler en su lugar porque sobre mí nadie pasa – sonó decidida.

— Esa es mi hermana, la guerrera – le celebré mientras la abrazaba.

— Bien, alístate, vienes conmigo.

— ¿Yo? – no entendía por qué tenía que ir.

— Si tú, vamos acompáñame, necesito tu apoyo moral – dijo mientras me miraba con súplica.

— Está bien, pero voy a avisarle a Damien.

— Sabes que no tienes que pedirle permiso.

— Lose, pero no es permiso, voy a avisarle que me voy, es lo que la gente normalmente hace.

2. El alfa sombríoKde žijí příběhy. Začni objevovat