Capítulo 3.59

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Mi hombre guapo me había estado cuidando y consintiendo más de la cuenta desde que volvimos del hospital. Se había vuelto más exagerado en la comida, no me dejaba salir de la mansión sin él y cuando salía de mi cuarto tenía que estar cerca de dónde él se encontrara.

Pero en lo que más se había vuelto estricto era en no querer estar conmigo, no me quería tocar, siempre argumentaba que la doctora me había mandado reposo total. Aun así, yo en serio lo extrañaba. Así que había decidido seducirlo esta noche.

Termine por elegir una linda lencería de encaje lila con flores y ligueras de color lila que me hacían lucir sexi, pero conservando mi inocencia, me termine por maquillar y arreglar mi cabello mientras me aplicaba mi loción y cremas por mi cuerpo. Cuando sentí que mi hombre guapo estaba a punto de llegar, me puse mis tacones de color lila con mi bata de tiras transparente, la cual se levantaba por mi pipita, así que me quedaba más corta en la parte de adelante.

Cuando Damien ingreso yo solo me senté con las piernas cruzadas en el borde la cama mientras permanecía recta y el solo poso su mirada por todo mi cuerpo, para después ingresar y cerrar la puerta con seguro hasta ubicarse enfrente de mí.

— Quieres acabar conmigo – me dijo mientras me daba la mano para que me pusiera de pie.

— Quiero estar contigo – le garanticé mientras me empinaba y rodeaba su cuello con mis brazos.

— Ya hablamos de eso, mi niña hermosa – dijo suave mientras ponía sus manos sobre mis caderas.

— Solo quiero seducirte – dije mientras dejaba suaves besos en su mentón.

— Lo haces mi niña hermosa, pero prima tu bienestar – dijo mientras se agachaba un poco y me miraba.

Yo aproveché que hombre me quedaba más cerca para besarlo con intensidad, el término por responderme con la misma intensidad mientras me apretaba más contra él y yo solo sonreía victoriosa porque lo había logrado.

— Mi niña hermosa – dijo mientras se retiraba levemente de mí y yo solo lo mire desconcertada.

Si Damien pensaba que me iba a volver a rechazar estaba muy equivocado, no me daría por vencida.

— Mi lobito lindo – dije empezando a llamar a Sombra con voz coqueta.

— Leilani no – me dijo Damien con enojo mientras que intentaba contener a su lobo.

— Mi dulce luna – me respondió sombra, pero Damien volvió a tomar el control.

— Mi lobito lindo, quieres estar conmigo – le dije con coquetería.

— Ya basta Leilani, sabes que él no se controla cuando se trata de ti.

— Mi lobito lindo, nunca me rechaza – le aseguré.

— Nunca mi dulce luna – respondió Sombra

— Te dije que basta. Yo tampoco te rechazaría, pero me preocupa lastimarte.

— No es cierto. Mi lobito lindo Damien me está rechazando.

— Basura – le dijo con molestia

— Basta los dos, me están volviendo loco – dijo Damien con molestia mientras se aproximaba a la salida.

Pero antes de que pudiera tirar el pómulo de la puerta, termine por quitarme la bata y me senté en la cama con las piernas cruzadas.

— Mi lobito lindo no me dejes – dije con coquetería y sombra termino por tomar el control total del cuerpo de Damien.

— Nunca mi dulce luna – aseguro mientras se aproximaba a mí y me besaba con urgencia, terminando por acostarme en la cama.

Mi lobito era demandante y agresivo, había dejado de un lado la torpeza y ahora lo hacía con mucha pericia, sin duda había mejorado bastante en cuanto a su exigencia, porque la primera vez que estuvimos juntos fue muy tierno, dulce y torpe.

2. El alfa sombríoWhere stories live. Discover now