Capítulo 1.17

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Cuando estás aburrido el tiempo se pasa extremada mente lento y era lo que me pasaba en este lugar, las personas parecían fantasmas, que pasaban por la casa como espectros sin pronunciar palabra. Damien había ordenado que me trajeran la comida a la habitación y cuando salía a tomar aire fresco tenía dos lobos que parecían mi sombra. Por lo menos no tuve que volver a ver a esas horribles personas que se burlaron de mí.

— Buenos días Leilani – me saludo alguien mientras tomaba un poco de aire fresco afuera.

— Buenos días Beta – le dije a Boris.

— Mi familia le envía saludes – dijo feliz, pero incómodo, desde su cercanía la otra vez no lo había vuelto a ver.

— Muchas gracias, diles que yo también le envió saludes, sobre todo a tu abuelo Boriso – la verdad ese señor me caía muy bien.

— Él estará encantado de que lo recuerdes – dijo con alegría.

Después se quedó de pie mi lado y permaneció en silencio.

— Quería preguntarle si el día de la ceremonia de concupiscencia, ¿paso algo raro? – dijo en tono preocupado.

Hay que horror, será que se refería a que me acosté con Damien, será que todos se dieron cuenta de mi olor.

— Algo raro, ¿Cómo qué? – pregunté con duda.

— Anastasia antes de la ceremonia estaba muy nerviosa y según mi mamá después de ella se ha estado comportando de forma rara.

— La verdad no sabría decirte, estábamos bien y después del ataque ella estaba asustada por usted.

— De pronto es eso, y ahora que lo mencionas muchas gracias por salvarme, estaré eternamente agradecido – dijo con una sonrisa radiante.

Me tomo de la mano y me vio directamente a los ojos, queriéndome expresar todo su agradecimiento con lo que no podía decir, se iba a acercar, pero una voz lo retuvo.

— Lo mandé por algo Beta, no para que viniera aquí a una cita romántica – la voz furiosa de Damien se escuchó por todo el lugar.

— Lo siento alfa – soltó mi mano como si le quemara y bajo la mirada ante Damien.

— Largo – dijo Damien con su tono frío y de autoridad.

Él se fue dejándome sola con Damien, el cual se ubicó a mi lado y yo seguí contemplando la vista del inmenso bosque que rodeaba la casa.

— Ahora me ignoras – dijo con tono de duda.

— Ese no es mi don alfa, es el suyo. Solo creí que no quería que una niña que anda con peluches le hablara – le dije de forma sarcástica y triste, porque aquí me habían hecho ver más la diferencia entre Damien y yo, sin contar que sus humillaciones me habían lastimado mucho.

— Así que estás brava, por eso – dijo en tono pensativo.

— No estoy brava Damien. Me lastimó que la mayoría de esta manada sean crueles, sobre todo guerreros omegas de rango alto, me molestan con sus burlas y lo peor... — me quede callada.

— ¿Y lo peor?— él me insistió que continuara.

— Es que tú piensas todo porque nunca dices nada – dije en susurro triste con un nudo en la garganta y conteniendo mis ganas de llorar.

Me fui de ahí, deja dolo solo, después de encerrarme en mi cuarto me puse a trabajar, tenía que enviar el informe de la nueva investigación que quería desarrollar, así que me la pasé todo el día, terminado los últimos detalles para enviarlo.

2. El alfa sombríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora