Capítulo 3.56

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Mi pequeñita cada día crecía más y eso me alegraba mucho porque ya la esperaba con ansias para hacerle peinados y vestirlas con lindos tutús esponjosos que la hicieran ver como una princesita.

— Hombre guapo – le dije antes de que saliera de la habitación.

— Dime – dijo mientras me volteaba a mirar.

— Puedes acompañarme después de almuerzo a comprarle algunas cositas a nuestra pequeñita – le dije con una sonrisa.

— Si mi niña hermosa – me dijo mientras me daba una cálida sonrisa y salía de la habitación.

Yo solo me terminé de organizar y después salí a revisar mi invernadero donde todo estaba en orden. Cuando la hora del almuerzo llego mi hombre guapo no se apareció por ningún lado, así que solo comí y después lo esperé en la camioneta.

— Mi luna, el alfa está ocupado, no me permitieron ingresar, así que solo le deje la razón – me dijo Leonid.

— Entonces vamos – le dije para que se subiera y nos pusiéramos en marcha.

Entendía a mi hombre guapo, el trabajo lo consumía y más ahora donde algunos negocios estaban incrementando sus ganancias. Yo por mi parte tenía todo el tiempo del mundo, pues por primera vez había decidido darme un año sabático, donde me sumergía en la lectura y conectar más con mi elemento para incrementar mi poder.

— Creo que eso es todo por hoy —le dije a Leonid y el grandote quienes me ayudaban con mis maletas – vámonos que quiero descansar porque siento mis pies hinchados – les dije y ellos solo asintieron.

— Por supuesto, mi luna, ha caminado mucho – me dijo Leonid.

— Todas las tiendas tenían cosas tan lindas que por eso le daba vueltas una y otra vez.

— Lo bueno fue que consiguió lo que quería.

— Si – le dije feliz.

Cuando llegamos a la manada solo pase directo a la habitación, pues ya habíamos comido algo por fuera. Me di un refrescante baño y después me puse mi pijama. Cuando vi las bolsas de la compra termine por regar todo en la cama y después las clasifique por color donde le quitaba las etiquetas y las dejaba en canastas para que la lavaran.

— Mierda, lo siento mi niña hermosa, me entretuve por completo y lo olvidé – dijo Damien a mis espaldas mientras ingresaba a la habitación.

— No te preocupes, sé que estabas muy ocupado – le dije mientras lo volteaba a ver.

— Eso no importa mi niña hermosa, yo me había comprometido a ir contigo para comprarle las cosas a nuestra hija – dijo mientras avanzaba hacia mí.

— Me puedes acompañar la próxima vez – le dije mientras lo miraba y él solo me rodeaba con sus brazos.

— Está bien – dijo suave – muéstrame entonces lo que compraste – me dijo con una sonrisa.

— Si – le dije más que feliz mientras lo arrastraba a la cama – mira este vestido lila.

— Segura que le va a quedar bueno a nuestra hija, lo veo muy pequeño – me dijo Damien mientras detallaba el lindo vestido.

— Si los primeros mesecitos – le dije con una sonrisa.

— Miraste el tipo de tela, tu hermano me envió unos documentos donde decía que tenía que ser una tela 100% algodón, pues ese tipo de prendas evitar irritación y alergias. Descartadas por completos las fibras sintéticas.

— Si mira aquí dice que es 100% algodón – le dije mientras le mostraba la etiqueta.

La siguiente hora me la pase mostrándole todas las compras a Damien, donde él solo me miro y escucho atento mis palabras.

2. El alfa sombríoWhere stories live. Discover now