Capítulo 14

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Alanna salió del banco con la misma sensación de siempre: la de estar ahogándose en un mar embravecido. Las cosas iban mal. Muy mal. Y Alanna ya no sabía qué más hacer para ponerle solución. Pensó en buscar otro trabajo, uno que le diera dinero de verdad. O hablar con Nick, explicarle su situación y rogarle que le pagara esa semana de prueba. Que la contratara después. Que le diera ya un adelanto de su sueldo. Pero corría el riesgo de que fuera a contárselo a Lucas y eso sí que no.

Su móvil comenzó a sonar. El nombre de Nick brillaba grande y claro en la pantalla. Genial. Justo lo que le faltaba. Era miércoles, pero Nick le había enviado un mensaje diciéndole que no la necesitaba hoy, que le daba el día libre. ¿Había cambiado de opinión?

Contó hasta tres y descolgó.

—Voy a empezar a pensar que no puedes vivir sin mí.

Seguía sorprendiéndole la confianza que estaba cogiendo con Nick.

—¿Dónde estás? —ladró él, haciéndole caso omiso.

—Y a ti que te importa.

—¿Dónde estás? —preguntó de nuevo.

No parecía enfadado. Parecía... ávido. Aun así, su tono brusco y grosero no le gustó en absoluto, así que no cedió. No esta vez. No tan pronto, al menos.

—Por ahí.

Él pareció no oírla.

—Vale. Te voy a enviar una ubicación. Es una tintorería. Tienes que recoger un traje, te envió la factura al teléfono. Di que vas de mi parte, aunque ya he avisado yo de todas formas.

Ni por favor. Ni gracias.

—No puedo —mintió. Y no supo muy bien porqué, pero añadió—. Estoy con... alguien.

Alanna empezaba a descubrir que existía en ella un temperamento impulsivo del que, a veces, no podía rehuir. Era una parte pequeña de su carácter, como una mini bombillita encendida en medio de toda su oscuridad, su miedo y su soledad. De todas sus inseguridades. Pero ahí estaba esa luz. En unas ocasiones tenue. En otras, como ahora, como casi siempre que estaba con él, brillante. Intensa.

Se hizo el silencio al otro lado de la línea.

Y después:

—Bien. Me importa una mierda. Te despides de ese alguien y vas cagando leches —le ordenó en un tono de lo más ominoso—. Si no quieres perder el trabajo, claro.

Colgó.

Y la dejó sin más opciones.


¿Dónde me has mandado?

Aquí no es.

¿Cómo que no?

Como que no.

¿Seguro que no te has equivocado de dirección?

Seguro.

Ok. Espera.

Vale.

Puede que sea aquí.

UBICACIÓN.

¿Estás de coña?

Está en la otra parte de la ciudad.

Y voy ANDANDO.

😅😅😅

Deberías comprarte un coche.

Una Puesta de Sol y Nosotros [FINALIZADA]Where stories live. Discover now