Capítulo 34

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Alanna miraba el armario sin saber qué ponerse.

Nunca había sido una chica a la moda, ni siquiera creía tener buen gusto para vestir. Solía ponerse ropa cómoda o demasiado básica y, en realidad, nunca le había importado mucho. Hasta ahora, que estaba a punto de tener su prima cita de verdad.

Al final, había aceptado la invitación de Oliver. Había sido un impulso, uno de esos que últimamente le daban bastante, y ya se estaba arrepintiendo. ¿Cómo iba a sobrevivir a una noche entera en un bar con Oliver, si apenas podía hacerlo con Daphne? Era un desconocido. Uno que le había preparado un cóctel de frutas sin reírse de ella por su abstinencia y que, además, tenía un no sé qué que la hacía sentir cómoda y tranquila a su lado. ¡Si es que no tendría que haberle dicho que sí! ¿Quién la mandaba a ella a actuar sin pensar?

Todo era culpa de Nick. Había escuchado a Venus decirles a sus hermanas que iría con él al concierto. ¡Y ninguno de los dos se había dignado a decirle nada! Eso le había sentado como una patada en el estómago. Sobre todo, después de que Nick y Alanna pasaran gran parte de la mañana juntos. Porque después de correr, se habían dado un baño en la piscina y habían estado haciendo el tonto hasta la hora de comer. En serio, ¿a Nick ni siquiera se le había ocurrido mencionar el plan? ¿Preguntarle si querría acompañarlos?

Se había sentido tan invisible otra vez, que había cogido el móvil y le había enviado un mensaje a Oliver, que él había respondido al instante:

¡Qué bien!

Te recojo a las once, ¿te va bien?

Quedaba una hora para que Oliver fuera a por ella y Alanna observaba la poca ropa en buen estado que tenía con el ceño fruncido. Quería arreglarse un poco, pero tampoco mucho.

—Alanni —la puerta de su habitación se abrió de golpe, dándole un susto de muerte, y su prima Kala irrumpió en su habitación como un tornado—. ¿Te apetece que veamos una peli?

Durante un segundo, estuvo tentada a decir que sí. Sería más fácil cancelar el plan y tumbarse en el sofá a disfrutar de su zona de confort. Porque, siendo sincera consigo misma, ¿qué hacía ella en un concierto? Tenía cero habilidades sociales, bailaba fatal y cantaba mucho peor. Seguramente, se pasaría toda la velada callada, mirando al escenario, y aburriendo por completo a Oliver.

Dios mío. ¡Iba a ser un desastre!

Sin embargo, algo en su interior, algo fuerte y poderoso, que hasta hace poco no sabía que existía, la instaba a hacerlo. A ser atrevida. Valiente de una ver por todas. Y es que, aunque para muchos salir a tomar algo con un amigo era un plan de lo más normal, para ella suponía todo un reto. Uno que le cerraba la garganta y le aceleraba el corazón.

—No puedo —suspiró, haciéndole caso a su prima—. Me voy al concierto del Tony's.

—¿Ah sí? —Kala elevó las cejas en un gesto de confusión—. Pues si te ibas con Venus y Nick, ya se han ido.

Ignoró la sensación amarga que le subió por la garganta y se centró de nuevo en el armario. No culparía a su falta de presupuesto de que su ropa fuera una completa calamidad.

—No, no voy con ellos.

—¿Y con quién vas?

—Con Oliver.

—Uf —inspiró Kala—. Como te vean entrar con él, te van a matar.

—Ya, bueno —se encogió de hombros—. No es algo que me importe mucho.

Alanna desvió la vista hacia su prima y frunció el ceño cuando la vio sonreír como una tonta.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué sonríes así?

Kala hizo la sonrisa más grande si cabía.

—Porque me gusta esta nueva Alanna.

—No sé a qué te refieres.

—Oh, yo creo que sí —Kala se acercó a ella y ocupó un hueco a su lado en la cama—. Estás mucho más De la Vega. Y no sé cuál es la razón, pero sea lo que sea, no lo cambies. Porque la Alanna de antes era genial; pero la de ahora, es brutal.

Un nudo de lágrimas contenidas le impidieron hablar, así que la abrazó con fuerza, dejando que todos sus miedos y ansiedades se fueran en ese abrazo. Porque ella también se sentía diferente y le gustaba esa sensación. Aunque mentiría si dijera que tampoco sabía cuál era la razón, al menos una de ellas. Y hoy estaba más enfadada que nunca con él.

Quizá, fue por eso por lo que, después de separarse de su prima, le dijo:

—¿Me ayudas a ponerme guapa?

—¿Para tu cita? —la expresión de Kala se tornó un poco traviesa y Alanna no pudo hacer otra cosa que reírse.

Porque le apetecía.

Porque, por primera vez en años, no quería esconderse, ni pasar desapercibida. Porque, por primera vez en años, Alanna De la Vega quería llamar la atención.

Llamar su atención.

¿Sonaba tonto? Sí, probablemente sí.

Pero le daba igual. Total, llevaba veintiocho años sintiéndose tonta, por una noche más no pasaría nada.

—¿Más o menos? —no quiso que sonara a pregunta, pero así fue como sonó.

Kala entrecerró los ojos, intentando leer las verdaderas intenciones de Alanna, pero ella no la dejó. No estaba preparada para que nadie, ni siquiera Daphne, supiera lo que su corazón, maldito estúpido, empezaba a sentir por el idiota de Nick Ríos.

—Pues manos a la obra, entonces.

Una Puesta de Sol y Nosotros [FINALIZADA]Where stories live. Discover now