Capítulo 57

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—Alanna De la Vega, ¿vas a seguir haciéndote la tonta?

La voz de su mejor amiga interrumpió su momento de lectura. Ella, que se había arrebujado en uno de los sofás chillout que había en la terraza de esa enorme casa alquilada, cerró el libro con el dedo corazón haciendo de marcapáginas y se centró en ella.

—¿Sobre qué?

—Sobre lo evidente que es todo.

—¿Qué es evidente?

Daphne le lanzó una mirada queda.

—Lo tuyo con Nick.

Fue la mención de su nombre la que la impulsó a mirar por encima del hombro de Daphne, hacia la piscina rectangular, y observarlo. Nick llevaba un buen rato ahí dentro, charlando con los demás.

—No hay nada entre Nick y yo, Daph —musitó, porque, aunque la piscina estaba lejos y la música en un volumen bastante alto, tampoco le apetecía que nadie las escuchara—. Ya te lo he dicho.

—Pues no es lo que parece, la verdad.

Quizá porque se habían besado, habían estado a punto de hacerlo otras veinticinco veces más y cuando estaban juntos la tensión sexual que crepitaba en el ambiente podía moldearse con las manos. Pero, en realidad, no había nada entre ellos, ¿no?

—¿A qué te refieres?

—A que nadie diría que hasta hace unas semanas os llevabais fatal.

—A ver —terció ella, dejando la novela a un lado y sentándose recta—, fatal, fatal, tampoco.

—Escribiste una entrevista nefasta sobre él.

—La escribí por error —se defendió ella a regañadientes.

—Ya, ya lo sé —aclaró ésta, levantando las manos en son de paz—. Solo digo que Nick casi te mata aquel día, que hizo que te despidieran de la revista y que si no te demandó por difamación fue porque nosotros intervinimos.

Sí, algo sabía al respecto.

—¿Y qué quieres decirme con eso?

—Pues que parece que ya se ha olvidado de todo y que ahora sois... amigos. O lo que sea.

—¿O lo que sea? —la razón por la que se centró en ese punto en concreto era obvio.

—No sé, parece que le gustas —confesó Daph con una risita sugerente que hizo sonrojar a Alanna.

—¿Tú crees?

—No he hablado con él si te soy sincera, pero yo creo que sí. Y está más que claro que a ti también. Así que no me creo que no haya pasado nada.

Ella se mordió el labio, buscando, de nuevo, a Nick con la mirada. Su tripa dio un pequeño brinco al descubrirlo mirándola también, aunque rápidamente apartó los ojos. Alanna regresó a Daphne.

—Nos hemos besado.

—¿¡Qué!? —el grito de Daphne sonó por encima de la música e hizo que todos, Nick incluido, se giraran a mirarlas.

—Shhh —la zarandeó suavemente Alanna—, no grites. Como Nick se entere de que te lo he contado me mata. Y luego te mata a ti para que no se lo cuentes a Lucas.

—¡Alanna De la Vega! ¿Me estás diciendo que te has besado con Nick y no me has dicho nada?

—Yo... —agachó la cabeza, culpable—, sí.

—¿Me estás diciendo que te has besado con el puto Nick Ríos, el encantador chico de las portadas, pibón nacional, al cual casi le arruinas la reputación y no me has contado nada?

Una Puesta de Sol y Nosotros [FINALIZADA]Where stories live. Discover now