Epílogo 1

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UN AÑO DESPUÉS

—¡Nick! —Se aferró a su brazo intentando ver algo a través de la tela negra que cubría sus ojos desde que habían salido de casa. Fue imposible—. ¿Adónde vamos? No veo nada.

—Esa es la gracia pelirroja—le dijo él, cogiéndola con fuerza para evitar que se tropezase con la gravilla del suelo—. Confía en mí.

—Me voy a caer —gruñó.

Él soltó una risita.

—Nunca lo permitiría —susurró y su corazón, idiota, se saltó un latido.

No se acostumbraría jamás a las palabras bonitas de su novio.

¡Su novio!

Nick era su novio.

Suyo.

Había pasado casi un año desde aquella increíble declaración de amor y todavía seguía sorprendiéndose de que ella, ¡el ratón de biblioteca!, se hubiera ligado al tío más guapo de Torreluna. Del mundo entero, qué narices.

Se sentía tan feliz. Consigo misma. Con él. Con la vida que habían empezado a construir, tanto juntos como separados. Alanna ya estaba en segundo de carrera y no podía estar más contenta con la decisión que había tomado. ¡Le encantaba! Además, ya no trabajaba en la librería. Sino que dedicaba las tardes a cuidar a Lisa. Al menos, los días que Marc no podía hacerlo. Antes lo hacía la madre de este, pero desde que tuvo el accidente, los médicos le habían recomendado que no hiciera muchos esfuerzos. Y para Alanna no era ningún problema. Todo lo contrario. Esa niña de ojos tristes le había robado el corazón desde el minuto uno en que la conocía.

Nick había decidido tomarse un tiempo lejos de la actuación. Aunque no se había alejado del mundo del cine. Ahora estaba probando detrás. Con los cámaras. Como ayudante del productor fotográfico. Su «retiro» había sido comentado por todos los medios. De hecho, habían tenido que hacerle frente a muchos rumores. Entre ellos, que desde que Nick tenía novia, a ella no le hacía gracia verlo besuqueándose con otras. Y, vale, sí, Alanna había tenido que hacer terapia extra para superar eso, pero, lo aceptaba como parte del trabajo de Nick. Así que no. No había sido por eso.

Pero Nick dejó que la gente pensara lo que quisiera. Ya no le hacía caso a los rumores. Ella tampoco. O, al menos, eso intentaba. Todo lo que Nick hizo para responder esas acusaciones fue compartir una imagen en la que explicaba lo mucho que amaba la fotografía y lo feliz que era disparando un obturador.

De todas formas, la película había sido todo un éxito. Y el muy idiota seguía forrándose de las publicidades. Pero ya no estaba tan seguro de querer ser el encantador chico de las portadas. A todo esto, había que sumarle lo mucho que había cambiado en el amor. Ese rubio con ojos dorados que una vez le dijo que él nunca se enamoraría, se pasaba los días diciéndole lo mucho que la quería. Era hasta excesivo.

Alanna sonrió. Porque habían formado una familia preciosa. Él, ella y Nyurca. Hasta Isabel se había dedicado a ser la suegra perfecta. La misma mujer que una vez la miró como si no fuese suficiente para su hijo. En realidad, Alanna estaba segura de que lo que le había hecho cambiar de opinión era que, desde que Alanna había aparecido en la vida de Nick, éste visitaba Torreluna con asiduidad. Tanto, que casi se podría decir que vivían en los dos lados. Madrid-Torreluna.

Ella, en realidad, estaba feliz por ello. Siempre le había gustado Torreluna. Además, ahí estaba cerca de Axel, que seguía trabajando como director de la empresa familiar. Con quien había estrechado mucho, mucho, la relación. Ahora hasta bromeaban. Y se abrazaban.

También estaba Oliver, a quien había designado su segundo mejor amigo, detrás de Daphne. Nick seguía duro como una piedra con el tema Oliver, pero ya no estaba tenso cada vez que lo tenía cerca. Ni le metía tanta caña. Generalmente, lo ignoraba. Pero, a veces, se relajaba hasta el punto de olvidarse del pasado.

Una Puesta de Sol y Nosotros [FINALIZADA]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang