Ocho

5.5K 367 3
                                    

ESE ES EL TRAJE DE KORA PARA LA COSECHA 

El domingo se presenta soleado aunque la atmósfera parece recargada y asfixiante. Peter durmió conmigo toda la noche. Supongo que yo también comparto con el ese miedo de no poder nunca más volver a dormir en su compañía como hacíamos cuando el todavía era un bebé. Mi madre entra por la puerta cargada con una bandeja de un color amarillo muy brillante, le gusta pintar los muebles y esas cosas. Mi hermano y yo nos incorporamos y apoyamos la espalda en el cabecero, mientras mi madre deja la bandeja llena de comida sobre la cama.

- Os he preparado un desayuno especial- dice mi madre sonriendo, aunque forzadamente. Suele hacernos el mismo desayuno especial en todas las Cosechas- Lo mejor para mis preciosos hijos. Mi preciosa hija rubia como el día y mi precioso hijo de pelo negro como la noche- dice apretando nuestras barbillas.

- Gracias mamá- decimos mi hermano y yo a la vez. Después la besamos y abrazamos como si esto fuese un adiós.

Mi hermano, mi madre y yo desayunamos juntos en mi cama. Con el sol entrando a raudales por la ventana, bañándonos la piel y el sonido del mar de fondo. Justo cuando terminamos el desayuno suena el timbre por todo el distrito. 

- Te he elegido un traje- dice mi madre- Lo tienes en la silla, Kora- me indica mi madre con una inclinación de cabeza hasta la silla. Después tira de la mano de mi hermano para llevarlo a su habitación y que el también se prepare, dado que van a acompañarme. 

Antes de nada tomo una ducha de agua fría, no lavo mi pelo pues es demasiado largo y tardaría mucho en secarse al aire.

Tomo un precioso vestido blanco de la silla. Me lo pongo. El vestido es corto y cae sobre mis hombros suavemente con media manga cubriendo mis brazos. La tela es suave y fresca porque tiene agujeros, aunque no muy suelta. Este vestido no lo tenía antes y puede ser que sea un regalo por mi cumpleaños. Acordé con mi familia que no me felicitasen por mi cumpleaños hasta después de la Cosecha, les advertí que no sería mi cumpleaños hasta después.

Mi madre entra en el cuarto junto con mi hermano. Ella lleva un precioso vestido verde, también corto aunque de otra tela diferente. Mi madre sonríe al verme, pero no es una sonrisa de felicidad, es una sonrisa de tristeza, de compasión y comprensión. Sin decir palabra me empuja suavemente por los hombros hasta que me siento en la silla de mi habitación. Toma el cepillo de plata, que es una reliquia familiar, y cepilla mi pelo con la máxima delicadeza posible. Mi madre siempre dice: Tu pelo está compuesto por las más finas hebras de oro tejidas por el mismísimo sol. Y es una frase que me encanta. 

Cuando la alarma vuelve a sonar, es hora de irse. Bajo las escaleras de forma desganada.

- ¿Crees que será la última vez que vuelva a ver la casa?- le pregunto a Peter girándome en la puerta mirando hacia el interior antes de salir.

- La verdad es que no- dice dando también un último vistazo.

- Iremos detrás de ti, estaremos con las demás madres- dice mi madre dándome un fuerte abrazo y besos de esos capaces de dejar marcas en las mejillas.

Camino por nuestra calle. Algunos hijos de los vecinos se están despidiendo de sus padres o de sus hermanos mayores. El distrito cuatro, solo la zona edificada, se divide en cuatro zonas: El barrio de pescadores es la primera parte. El mercado, las dos escuelas, el hospital y el Edificio de Justicia, es la segunda parte. El barrio de los pudientes (el nuestro), la tercera parte. Y por último, La Aldea de los Vencedores, la cuarta. Una única calle con doce casas de ladrillo gris solido en la parte más alejada de la playa del distrito cuatro, con una gran entrada de metal con el nombre forjado en ella. Eso es todo lo que alcancé a ver cuando tenía diez años.

Llegamos a la plaza del Edificio de Justicia. Chicos y chicas están por todas partes. Me pongo en la cola para que me pinchen el dedo y planten una muestra de mi sangre en un registro. Estoy esperando mi turno cuando alguien me da un toque de atención en el hombro. 




73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora