Ochenta

2.1K 178 2
                                    

Me desplomo contra la pared de hormigón del pasillo y deslizo mi espalda hasta estar sentada en el suelo. Mi respiración suena rara y puedo notar las gotas de sudor en mis sienes. Quiero ser la mejor. Tengo que ser la mejor para lograr cumplir mi promesa. Necesito obtener el perdón de las únicas personas que me quedan. 

Ni siquiera necesito levantar la mirada para saber que quien está delante de mi esperando es Gale. 

- Me has dejado ganar- le reprocho. 

- Tenía que hacerlo- dice.- Temía que si estabas mucho más tiempo peleando contra los demás te desmayaras... o te hicieran daño. 

- No necesito que nadie cuide de mi- digo mientras me levanto y trato de separarme de la pared. El suelo comienza a dar vueltas y busco a tientas con la mano la pared. 

- Yo creo que sí- dice Gale mientras me toma por detrás de las rodillas y me levanta del suelo. 

- Por favor, déjame en el suelo- trato de hacer que esta frase suene como una orden, pero fracaso miserablemente y mi voz suena cansada. 

- Ni lo pienses- dice Gale mientras noto que avanzamos por los pasillos.- Ahora. Solo va a ser esta vez. Es una excepción, no te voy a llevar todos los días hasta el compartimento cuando salgamos del entrenamiento. 

- Tranquilo. Ya te he dicho que no necesito que nadie cuide de mi. Ni siquiera mi compañero de compartimento...- los pasillos vuelven a dar vueltas. Agarro el brazo de Gale con fuerza y cierro los ojos, pero obviamente eso no ayuda.

- ¿Estás bien?- pregunta genuinamente preocupado. 

- Sí- respondo rapidamente.- Solo estoy tratando de recordar una cosa- miento. 

- Quédate aquí, ¿vale?- pregunta Gale dejándome sobre mi cama del compartimento.- No te pelees con nadie hasta la hora de la cena. 

Lo veo salir del compartimento de nuevo y justo después las cosas vuelven a dar vueltas y los ojos se me cierran sin tan siquiera pedirme permiso. 

- ¿Kora?- pregunta alguien.- ¿Estás bien?- pregunta la voz. Abro los ojos y encuentro a Gale mirándome. 

- Sí, sí- respondo mientras me incorporo en la cama.- ¿Qué hora es?- pregunto llevando una mano a la frente. 

- La hora de usar los baños. Vine a buscarte a la hora de la cena... pero estabas dormida. Te he traído un poco de fruta de forma clandestina, tienes que comértela antes de que nadie me pille- explica mientras se sienta en su cama. 

- Entonces, ¿me ducho y después como?- pregunto levantándome de la cama. 

- Sí. Te veo en un rato- concuerda. 

Después de ese extraño momento voy a los baños y tomo una ducha. Ni siquiera me importa cuando el agua comienza a salir helada porque el frío hace que mis músculos dejen de doler. Y mi cabeza se aclara un poco. Cuando llego al compartimento encuentro a Gale sentado en la silla. La acerca a mi cama y me pasa una servilleta con fruta escondida. Le doy las gracias y me la como lentamente. Ninguno de los dos hablamos mientras tanto, Gale solo se limita a mirarme comer y yo miro a la pared,  aunque algunas veces le miro a él para comprobar si todo va bien. 

Obviamente no duermo en toda la noche. Gale se acuesta y me pregunta si voy a dormir. Niego con la cabeza y me quedo sentada en la cama. Como todos los músculos me duelen a rabiar... me subo el camisón hasta los muslos y comienzo a darme masajes en las piernas apretando los músculos mientras hago círculos con los dedos. Eso me calma y relaja. 

Me doy cuenta de que Gale se levanta de vez en cuando por la noche. Cuando le pregunto si lo he despertado responde que no, que solo se está asegurando de que estoy bien. Le respondo que estoy bien y sigo masajeándome las piernas o dandole vueltas a mi anillo. 

Por la mañana ya estoy mucho mejor. Como siempre Gale y yo desayunamos juntos. Katniss ahora también se nos ha unido dado que ya no está en el hospital. Al parecer el horario de hoy ha cambiado. Lo siguiente que pone en nuestros brazos es "Defensa especial". Frunzo el ceño hacia mi brazo, como si al hacerlo las palabras fuesen a cambiar y a darme una explicación. Al menos también vienen las indicaciones del lugar. En lo más profundo del Distrito trece. Cuando entramos los tres en el lugar me encuentro rodeada de un montón de cachivaches y armas en proceso. 

Encontramos a Beetee sentado en su silla de ruedas y nos saluda a los tres justo antes de comenzar a explicarlos lo que es el lugar. Algo así como una central de inteligencia, explica él. Después de explicar un poco sobre el lugar él nos enseña algunas de las habitaciones. 

La primera que nos muestra es la Pradera Artificial. Justo cuando se abran las puertas se me escapa un jadeo de sorpresa. Suelo lleno de hierba. Plantas. Pájaros de verdad que vuelan por encima de nosotros y que pian. 

- Colibries- digo mientras comienzo a caminar sin pedir permiso por los pasillos del lugar. Puede que el pájaro favorito de Katniss sea el sinsajo o que el animal de la revolución sea ese. Pero a mi me encantan los colibríes con sus colores y sus pequeños y largos picos. 

Después de enseñarnos esa habitación nos trasladamos a la siguiente. Miro hacia detrás antes de salir de la sala. Es lo más cerca que he estado de estar fuera del Distrito trece, lo más cerca que he estado de la superficie. 

Armamento Especial. Es el mejor lugar para una mente inquieta como la de Beetee. El lugar perfecto en el que ponerse a inventar cosas geniales y útiles. La más alta tecnología en armamento. Según él. 

- Katniss y yo tenemos dos horas de caza después de la comida- comenta Gale mientras los tres subimos en el ascensor para llegar al comedor. 

- Bien. Yo tengo entrenamiento- digo con falsa ilusión. 

Caza. Evidentemente eso se tiene que llevar a cabo en el exterior. Pero yo no puedo pedir ir también porque no se cazar. Y pescar estoy segura de que no vale. Oculto mi desilusión mientras almorzamos. Obviamente Katniss y Gales están super ilusionados por poder salir de este agujero de hormigón, y poder volver a hacer esa actividad que hacían en su Distrito. 

Frunzo el ceño. ¿No se supone que su Distrito se dedica a la minería? Supongo que en el doce... hacia más que solo picar carbón. 

Si alguna vez veis que me equivoco al escribir un nombre, podéis decírmelo. El corrector del ordenador hace de la suyas muchas veces. Y los nombres que les ha puesto Suzzane Collins a los personajes tampoco ayudan demasiado. 

Si veis que alguna vez cambio el orden de los acontecimientos... como por ejemplo ir a Defensa Especial ahora, no os preocupéis. Es a posta. 

73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADAWhere stories live. Discover now