Setenta y siete

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- ¿Ya estás bien?- le pregunto a Gale cuando llega al compartimento por la noche. Ni siquiera lo he visto en el comedor y nadie sabía dónde estaba. Por supuesto que en las duchas de las mujeres no estaba, eso seguro, pero aun así mire todo el rato hacia detrás mientras caminaba por el pasillo por si lo encontraba.- Las luces van a apagarse en unos minutos- le digo desde mi cama. Llevo acostada un rato, no tenia demasiadas ganas de esperar sentada en la cama o en la silla, no es como si eso fuese muy diferente a esperarlo en la cama. 

- Lo sé- responde mientras hurga en su cajón de la cómoda. Me doy la vuelta en la cama para dejarle más espacio. Bueno, más bien para no verlo cambiarse. Las luces se apagan justo antes de que Gale se acueste.- Buenas noches- susurra. 

- Adiós- digo yo, porque lo de "buenas" hace tiempo que no ocurre. 

Justo como pensaba y como viene pasando desde que llegué aquí. Me incorporo en la cama jadeando y sin saber dónde estoy. Toco a tientas las paredes, el colchón, las sábanas. Mi piel está húmeda por el sudor. 

- ¿Estás bien?- pregunta Gale con la voz todavía algo dormida. Giro la cabeza hacia su cama y me doy cuenta de que realmente está despierto. 

- Sí, solo ha sido... me he acordado de una cosa muy importante...- trato de decir, aunque mi voz no suena muy convincente. Nunca he tenido que contarle a nadie que tenía pesadillas, a parte de a Finnick, que supo como solucionar el problema. 

- Te levantas todas las noches- dice él mientras cambia de postura y se sienta en el borde de la cama apoyando los pies en el suelo.- Te levantas asustada... aterrorizada. 

- Por favor- digo alargando una mano hacia él.- No sigas- le pido.- No es nada importante, puedo lidiar con ello. 

- No lo estás haciendo muy bien...- observa. 

- Lo hago lo mejor que puedo... todos lo hacemos lo mejor que podemos- digo bajando la mirada a mis manos. 

- ¿Crees que Katniss tiene pesadillas?- pregunta. Claro. Siempre volvemos a Katniss. Supongo que en su cabeza es así. Ellos se conocen... supongo que desde hace mucho. 

- No lo sé. Puede que sí... o puede que no- respondo encogiéndome de hombros.- Será mejor que volvamos a la cama. 

Los dos volvemos a acostarnos en nuestras camas y me tapo hasta la parte baja de mi cuello. 

- ¿Después de esto sueles volverte a dormir?- pregunta lentamente. 

- No- respondo con un suspiro.- No quiero- susurro.- Me da miedo- confieso. 

- ¿Qué te da miedo?- pregunta también en un susurro. Me giro y miro hacia él. Él también me está mirando. 

- No puedo decírtelo- le digo. ¿Cómo tan siquiera puedo elegir que miedo decirle? Hay tantas cosas que me dan miedo. Tantos recuerdos horribles. Todos mis monstruos particulares vienen a visitarme de noche. Ellos saben perfectamente que hacer y que decir para asustarme. Una gota de agua se escapa de mi ojo sin permiso. 

- ¿Estás llorando?- pregunta mientras sale de su cama y se arrodilla junto a la mía para quedar a la altura de mi cabeza. 

- Qué va- digo sonriendo.- Mi ojo está sudando... o vomitando agua.- Gale suelta una risa un poco amarga, pero dura muy poco. 

- Sabes que estás a salvo aquí, ¿verdad?- pregunta apoyando las manos sobre el colchón de mi cama.-  A demás yo estoy a solo un metro de distancia. 

- Vi como te azotaban- suelto de pronto. Después silencio. 

- Y crees que soy débil- se adelanta a adivinar. 

- No- digo negando un poco con la cabeza.- Lo que quiero decir es que nadie es invencible- explico. 

- Entonces entenderás que Snow no lo es... caerá- asegura antes de levantarse.- Trata de descansar o mañana te darán una paliza en los entrenamientos... 

- No lo creo- aseguro.- Incluso sin dormir... voy a patear todos esos traseros del trece. 

Gale me despierta por la mañana. Al final he acabado quedándome dormida. Está diciéndome algo. No sé sobre quien está hablando pero no parece ser muy divertido. Después escucho algo sobre Plutarch. Abro los ojos de par en par y miro hacia la puerta del compartimento. Plutarch ocupando todo el ancho de la puerta de entrada. 

- Me vendría bien si te preparas rapidito- dice Plutarch desde la puerta.- Necesito que vengas conmigo... ahora que no tienes brazalector tengo que venir a buscarte.- Se nota que la parte del brazalector le fastidia un poco. 

73º Juegos del Hambre (Todos los libros) TERMINADAWhere stories live. Discover now